jueves, 16 de febrero de 2012

Como el hermano franciscano San Antonio de Padua predicó a los peces

http://palabrascerteras.wordpress.com/2010/04/05/las-florecillas-de-san-francisco-capitulo-xl/
Este relato también trae a mi mente un recuerdo de la niñez que se me grabo profundamente.
Era una noche de 24 de Diciembre, en la Iglesia de mi pequeño pueblo de Chimiche (Islas Canarias), en la Misa del Gallo, que se celebra en Nochebuena por la noche; y durante toda la Misa un perro permaneció sentado en los bancos de atrás, sentado y no acostado, con la cabeza erguida y escuchando Atentamente todas las palabras del sacerdote, sin moverse de su sitio. En la Iglesia no había ningún hombre, aparte del sacerdote, solo mujeres y niños; y al final de la Misa exclamó el sacerdote: "Hoy, más que los hombres de este pueblo, este perro que nos acompaña verdaderamente se ha enterado de que Dios se hizo niño y nació en la tierra por Amor a todos nosotros!"
Señor, gracias por esta madre que me llevaba a la Iglesia, y te pido que no dejemos pasar por alto, sino que nos enteremos del Gran Regalo que eres para todos nosotros!

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