miércoles, 15 de febrero de 2012

SOLO POR HOY...

Decálogo de la serenidad escrito por el Papa Juan XXIII:

“Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de
mi vida todo de una vez.
“Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras; no
criticaré a nadie y no pretenderé mejorar a nadie, sino a mí mismo.
“Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en
el otro mundo, sino en éste también.
“Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se
adapten todas a mis deseos.
“Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando que,
igual que el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria
para la vida del alma.
“Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
“Sólo por hoy haré por lo menos una obra que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido
en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere.
“Sólo por hoy me haré un programa detallado. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo
redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
“Sólo por hoy creeré firmemente —aunque las circunstancias demuestren lo contrario—
que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo.
“Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo
que es bello y de creer en la bondad”.
Él acababa su escrito, diciendo:
- Puedo hacer el bien durante doce horas. Lo que me descorazonaría es si pensase que
lo tengo que hacer durante toda mi vida.
Y otra cosa. ¿Pensamos que el Papa Juan fue original del todo al trazarse este plan de
vida? Pues..., no.
Porque todo esto ya nos lo había dicho Jesús en el Evangelio con una norma muy
prudente: -A cada día le basta su propia preocupación (Mateo 6.34)

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