martes, 1 de mayo de 2012

Meditaciones para el Mes de María: Día 1


Recomendaciones Previas a la oración


Todos los días empezar con la oración inicial; después leyendo con atención la meditación del día, a continuación hablas con Dios y con María con tus propias palabras y por último, la oración final. Recomendamos:

No apurar la oración: No es leer y ya está. Dale tiempo a que Ella te hable.
Lo mejor de estas meditaciones es lo que no está escrito; la conversación personal e íntima que tengas con María.

ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA
Santa María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:

  • "NO TIENEN VINO": presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos tus hijos.
  • "HACED LO QUE ÉL OS DIGA": dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.
  • "HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR": que yo no tenga otra respuesta ante todo lo que Él me insinúe.

MEDITACIÓN DEL DÍA: Mi Compañera


"Nuestra Señora -decía Teresa de Calcuta- me acompaña en todos los viajes; la llamo mi Compañera desde que un día, en Berhampur, le dije al capellán de las Hermanas que me regalase una imagen de María Milagrosa con las manos abiertas, derramando gracias sobre el mundo. Aceptó encantado, embaló la imagen y la llevó a la estación. Era una imagen muy grande, casi de tamaño natural, así que el jefe de estación quería que la facturase y pagase la correspondiente tarifa. Pero yo tenía un pase en los ferrocarriles para mí y una compañera, así que le dije: "ésta es mi compañera..." y me dejó viajar con la imagen sin pagar nada por ello. Desde entonces, la Virgen me acompaña siempre en mis desplazamientos. Nunca viajo sola"

Es ahora cuando puedes hablar con Santa María. Si quieres puedes empezar diciéndole lo escrito a continuación; luego comenta algo más con Ella.

María, siempre, pero de modo muy especial en este mes de mayo, necesito que me acompañes, que estés conmigo todo el día. Me gustaría darme más cuenta de que realmente te tengo a mi lado en todo momento; aprovecharé -si me ayudas- cada imagen tuya que vea para decirte algo, recordarlo y contar contigo. Gracias, "Compañera".

ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA
¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén

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