sábado, 30 de junio de 2012

ROSARIO A LA PRECIOSA SANGRE


ROSARIO A LA PRECIOSA SANGRE




Los Católicos tenemos un único título que es de gran valor cuando somos llamados hijos de la Santa Iglesia Católica Romana, la cual, según nos afirma San Pablo, Jesucristo adquirió con su Sangre (Hechos 20,28).

Para el dulce Cordero de Dios toda la honra y la gloria, porque fué inmolado en la Cruz y nos redimió con su Preciosísima Sangre. Nos amó y lavó nuestros pecados en su misma Sangre (Ap 5,9 y 12).

BIENAVENTURADOS los que lavan sus vestidos en la Sangre del Cordero (Ap.1,5), y finalmente, la Santa Iglesia nos repite todos los días en la Consagración del Cáliz que aquella Preciosísima Sangre fué derramada con el fin de perdonar nuestros pecados (Mt.26,28).




OREMOS:

En la Cruz: + En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu Amor. Envía Tu Espíritu y todo será creado, y renovarás la faz de la Tierra.

Oh Dios, que instruiste los corazones de tus fieles con la Luz del Espíritu Santo, concédenos que animados y guiados por este mismo Espíritu, aprendamos a obrar rectamente siempre, y gocemos de la dulzura del Bien y de Sus divinos consuelos. Por Cristo Nuestro Señor. Así sea.

CREDO DE LOS APOSTOLES:
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra.
Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y Gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los Infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los Cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la Vida Eterna. Amén
(Inclinando la cabeza)
¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la Tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

Guía: ¡OH Preciosísima Sangre de Jesucristo!
Todos: ¡Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús!

(En la cuenta blanca):
Padre nuestro que estás en el Cielo, Santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación, y líbranos del Mal. Amen.
(En las 3 cuentas rojas):
Dios te salve María, llena eres de Gracia, El Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

(En la cuenta blanca, inclinando la cabeza):
¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la Tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

PRIMER MISTERIO: La Mano derecha de Nuestro Señor Jesús es clavada.

(Pausa breve para meditación)
Oración: ¡Por la Preciosa Llaga de Tu Mano derecha, y por el dolor causado por el clavo que la atravesó, la Preciosa Sangre que brota de ella, salve a los pecadores del mundo entero y convierta muchas almas! Amén.

G: ¡OH Preciosísima Sangre de Jesucristo!
T: ¡Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús!

Padre Nuestro…
Ave María.

(En las 12 cuentas rojas):
G: ¡Sangre Preciosa de Jesucristo!
T: ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero!
Gloria al Padre…

(En la cuenta blanca, inclinando la cabeza):
¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la Tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

SEGUNDO MISTERIO: La Mano izquierda de Nuestro Señor Jesús es clavada.

(Pausa breve para meditación)
Oración: ¡Por la Preciosa Llaga de Tu Mano izquierda, y por el dolor causado por el clavo que la atravesó, la Preciosa Sangre que brota de ella, salve almas del Purgatorio y proteja a los moribundos de los ataques de los espíritus infernales! Amén.

G: ¡OH Preciosísima Sangre de Jesucristo!
T: ¡Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús!

Padre Nuestro…
Ave María.

(En las 12 cuentas rojas):
G: ¡Sangre Preciosa de Jesucristo!
T: ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero!
Gloria al Padre…

(En la cuenta blanca, inclinando la cabeza):
¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la Tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.



TERCER MISTERIO: El Pie derecho de Nuestro Señor Jesús es clavado.

(Pausa breve para meditación)
Oración: ¡Por la Preciosa Llaga de Tu Pie derecho, y por el dolor causado por el clavo que lo atravesó, la Preciosa Sangre que brota de ella, cubra los cimientos de la Iglesia Católica contra los planes del reino oculto y los hombres malignos! Amén.

G: ¡OH Preciosísima Sangre de Jesucristo!
T: ¡Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús!

Padre Nuestro…
Ave María.

(En las 12 cuentas rojas):
G: ¡Sangre Preciosa de Jesucristo!
T: ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero!

Gloria al Padre…

(En la cuenta blanca, inclinando la cabeza):
¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la Tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

CUARTO MISTERIO: El Pie izquierdo de Nuestro Señor Jesús es clavado.

(Pausa breve para meditación)
Oración: ¡Por la Preciosa Llaga de tu Pie izquierdo, y por el dolor causado por el clavo que lo atravesó, la Preciosa Sangre que brota de ella, nos proteja en todos nuestros caminos de los planes y ataques de los espíritus malignos y sus agentes! Amén.

G: ¡OH Preciosísima Sangre de Jesucristo!
T: ¡Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús!

Padre Nuestro…
Ave María.

(En las 12 cuentas rojas):
G: ¡Sangre Preciosa de Jesucristo!
T: ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero!
Gloria al Padre…

(En la cuenta blanca, inclinando la cabeza):
¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la Tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

QUINTO MISTERIO: El sagrado Costado de Nuestro Señor Jesús es traspasado. (*Ver nota al final)

(Pausa breve para meditación)
Oración: ¡Por la Preciosa Llaga de tu Sagrado Costado, y por el dolor causado por la lanza que lo traspasó, la Preciosa Sangre y Agua que brotan de ella, sane a los enfermos, resucite a los muertos, solucione nuestros problemas presentes, y nos enseñe el camino hacia Nuestro Dios para la Gloria Eterna! Amén.

G: ¡OH Preciosísima Sangre de Jesucristo!
T: ¡Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús!

Padre Nuestro…
Ave María.

(En las 12 cuentas rojas):
G: ¡Sangre Preciosa de Jesucristo!
T: ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero!

Gloria al Padre…

(En la cuenta blanca, inclinando la cabeza):
¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la Tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

G: ¡OH Preciosísima Sangre de Jesucristo!
T: ¡Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús! (3 veces)

(La Salve):
Dios te salve, Reina y Madre, Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve, a ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea pues Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, oh clemente, oh piadosa, oh dulce Siempre Virgen María, ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas Gracias y Promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.




OREMOS:

OH Preciosísima Sangre de Jesucristo, te honramos, te alabamos y te adoramos por tu Obra de Eterna Alianza que trae paz a la humanidad. Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús. Consuela al Padre Todopoderoso en Su Trono, y lava los pecados del mundo entero. Que TODOS te reverencien, OH Preciosa Sangre, ten misericordia. Amén.

Sacratísimo Corazón de Jesús Ten misericordia de nosotros
Inmaculado Corazón de María Ruega por nosotros
San José, esposo de María Ruega por nosotros
Santos Pedro y Pablo Rueguen por nosotros
San Juan al pie de la Cruz Ruega por nosotros
Santa María Magdalena Ruega por nosotros
Todos los guerreros de Oración e Intercesores del Cielo Rueguen por nos…
Todos los grandes Santos de Nuestro Señor Rueguen por nos…
Todas las huestes Celestiales, Legión Angélica de María Rueguen por nos…
LETANIAS DE LA PRECIOSA SANGRE DE JESUCRISTO

Señor, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, escúchanos Cristo, escúchanos benignamente
Dios Padre Celestial Ten piedad de nosotros
Dios Hijo Redentor del mundo Ten piedad de nosotros
Dios Espíritu Santo Ten piedad de nosotros
Santísima Trinidad, un solo Dios Ten piedad de nosotros

G: ¡HO PRECIOSISIMA SANGRE DE JESUCRISTO, SANGRE DE SALVACION!
T: ¡SALVANOS A NOSOTROS Y AL MUNDO ENTERO!

Océano de la Sangre de Jesucristo ¡libéranos!
Sangre de Jesucristo, llena de Santidad y Compasión ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, nuestra fortaleza y poder ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, alianza eterna ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, fundamento de la fe cristiana ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, armadura de Dios ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Divina Caridad ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, flagelo de los demonios ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, auxilio de los que están atados ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Sagrado Vino ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Poder de los cristianos ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, defensora de la fortaleza católica ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, verdadera fe cristiana ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Sangre Sanadora ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Sangre ungidora ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, fortaleza de los hijos de Dios ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, comandante de los guerreros cristianos ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Sangre de Resurrección ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, bebida de los ángeles del Cielo ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, consuelo de Dios Padre ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Poder del Espíritu Santo ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, circuncisión de los gentiles ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, paz del mundo ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, luz del Cielo y de la tierra ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, arco iris en el Cielo ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, esperanza de los niños inocentes ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Palabra de Dios en nuestros corazones ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, arma celestial ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Divina Sabiduría ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, cimiento del mundo ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Misericordia del Padre ¡sálvanos!

G: ¡OH Preciosísima Sangre de Jesucristo!
T: ¡Lava los pecados del mundo!
G: ¡OH Preciosísima Sangre de Jesucristo!
T: ¡Purifica el mundo!
G: ¡OH Preciosísima Sangre de Jesucristo!
T: ¡Enséñanos cómo consolar a Jesús!

ORACION:

OH Sangre Preciosa, salvación nuestra, creemos, esperamos y confiamos en Ti. Libera a todos los que están en las manos de los espíritus infernales, te suplicamos. Protege a los moribundos de las obras de los espíritus malignos y acógelos en la Gloria Eterna. Ten misericordia del mundo entero, y fortalécenos para adorar y consolar al Sagrado Corazón de Jesús. Te adoramos, oh Preciosa Sangre de misericordia. Amén.

¡OH Preciosísima Sangre de Jesucristo, sana las Heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús! (3 veces)



CONSAGRACION A LA SANGRE PRECIOSA DE JESUCRISTO

(Rezar diariamente meditando)

Consciente de mi nada y de tu Sublimidad, Misericordioso Salvador, me postro a tus pies y te agradezco por la Gracia que has mostrado hacia mí, ingrata creatura. Te agradezco especialmente por liberarme, mediante Tu Sangre Preciosa, del poder destructor de Satanás.
En presencia de mi querida Madre María, mi Ángel custodio, mi Santo patrono, y de toda la Corte Celestial, me consagro voluntariamente, con corazón sincero, oh queridísimo Jesús, a tu Preciosa Sangre, por la cual has redimido al mundo del pecado, de la muerte y del infierno. Te prometo, con la ayuda de tu Gracia y con mi mayor empeño, promover y propagar la devoción a Tu Sangre Preciosa, precio de nuestra redención, a fin de que tu Sangre adorable sea honrada y glorificada por todos.
De esta manera deseo reparar mi deslealtad hacia tu Preciosa Sangre de Amor, y compensarte por las muchas profanaciones que los hombres cometen en contra del Precioso Precio de su salvación.
¡OH, si mis propios pecados, mi frialdad, y todos los actos irrespetuosos que he cometido contra ti, oh Santa y Preciosa Sangre, pudieran ser borrados!
He aquí querido Jesús, que te ofrezco el amor, el honor y la adoración que tu Santísima Madre, tus fieles discípulos y todos los Santos han ofrecido a Tu Preciosa Sangre; te pido que olvides mi falta de fe y frialdad del pasado, y que perdones a todos los que te ofenden.
¡Oh Divino Salvador! rocíame a mi y a todos los hombres con tu Preciosa Sangre, a fin de que te amemos, ¡oh Amor Crucificado!, de ahora en adelante con todo nuestro corazón, y que dignamente honremos el Precio de nuestra salvación. Amén.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros, ¡Oh Virgen siempre gloriosa y bendita!


*Nota: En el Diario de Santa Faustina, leemos la explicación que le dio Jesús Misericordioso sobre los rayos de Su Imagen: “Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi Misericordia, cuando Mi Corazón Agonizante fue abierto por la lanza estando Yo en la Cruz” (Diario 299).


12 PROMESAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO A QUIEN DEVOTAMENTE RECE EL ROSARIO DE LA PRECIOSA SANGRE:

1.-Yo prometo proteger de los ataques del maligno a quien devotamente rece este Rosario.2.-Yo preservaré sus 5 sentidos.
3.-Yo lo protegeré de una muerte súbita.
4.-12 horas antes de su muerte, beberá Mi Sangre Preciosa y comerá Mi Cuerpo.
5.-24 horas antes de su muerte, le mostraré Mis 5 Llagas, para que sienta un profundo arrepentimiento de todos sus pecados, y tenga perfecto conocimiento de ellos.
6.-Quien rece este Rosario como novena, conseguirá lo que pide. Su Oración será contestada.7.-Yo realizaré muchos milagros maravillosos a través del rezo de este Rosario.8.-A través de esta Oración, destruiré muchas sociedades secretas, y liberaré muchas almas atadas, por medio de Mi Misericordia.
9.-A través de este Rosario, salvaré muchas almas del Purgatorio.
10.-Yo le mostraré Mi camino a quien honre Mi Preciosa Sangre con este Rosario.
11.-Yo tendré misericordia de aquellos que tengan misericordia de Mis Preciosas Llagas y Sangre.
12.-Quienquiera que enseñe esta Oración a otra persona, ganará una indulgencia de 4 años.


TODOS los Santos han sido devotísimos de la Sangre de Jesús, y de los más devotísimos son Santa Gema Galgani, a quien se le aparecía frecuentemente Jesucristo, pidiéndole compasión y amor por los ingratos que le ofenden, y le exigía nuevas mortificaciones y sacrificios. La Santa, a la vista de Jesús que le pedía sangre por Sangre, amor por Amor, hubiera querido derramar toda la de sus venas si la obediencia a su director espiritual se lo permitiera. Pero como la prudencia de su Director se lo negaba, acudió El mismo Jesucristo a satisfacer sus deseos de su esposa Gema, dándole en las manos, pies y costado el Don inestimable de sus cinco llagas, con las heridas de la flagelación y corona de espinas, por las que derramaba tanta sangre, que, humanamente hablando, el hecho de que Santa Gema continuara viva era ya un verdadero milagro.

También a NOSOTROS nos pide algo como a Santa Gema, para completar su Redención en las almas, nos pide al menos, la conformidad con su Divina Voluntad, revistiéndonos de El, lavándonos constantemente con su Preciosísima Sangre, progresando por su Virtud, cada día en el camino espiritual de nuestra propia santificación, meditando continuamente Su Pasión, y acomodando nuestra manera de vivir según sus Divinas Enseñanzas.

JULIO: Mes de la devoción a la Preciosísima Sangre de Cristo


 

«Mi Carne es verdadera comida, y Mi Sangre verdadera bebida; el que come Mi Carne, y bebe Mi Sangre, en Mí mora, y Yo en él.» (Jn 6, 56-57)

 

LETANÍA DE LA SANGRE DE CRISTO

Aprobadas por el Papa Juan XXIII el 24 de Febrero de 1960
Señor Jesucristo, que con tu Sangre limpias el pecado del mundo y nos mereces la salvación. ¡Sálvanos ahora y siempre!

-Señor, ten Misericordia.
-Cristo, ten Misericordia.
-Señor, ten Misericordia.
-Cristo, óyenos.
-Cristo, escúchanos.

-Dios, Padre Celestial, ten Misericordia.
-Dios, Hijo Redentor del mundo, ten Misericordia.
-Dios, Espíritu Santo, ten Misericordia.
-Trinidad Santa, que eres un sólo Dios, ten Misericordia.

Luego de cada invocación se dice: RESCÁTANOS
-Sangre de Cristo, Hijo Unigénito del Eterno Padre.
-Sangre de Cristo, del Verbo de Dios hecho Hombre.
-Sangre de Cristo, de la Nueva y Eterna Alianza.
-Sangre de Cristo, caída en la tierra durante la Agonía del Huerto.
-Sangre de Cristo, que corrió abundante durante la flagelación.
-Sangre de Cristo, vertida de la Cabeza en la coronación de espinas.
-Sangre de Cristo, derramada en la Cruz.
-Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación.
-Sangre de Cristo, con la cual hay redención de los pecados.
-Sangre de Cristo, bebida nuestra en la Eucaristía y baño de las almas.

-Manantial de Misericordia
-Río de Misericordia
-Lago de Misericordia
-Catarata de Misericordia
-Mar de Misericordia
-Océano de Misericordia

-Sangre de Cristo, victoria sobre el demonio.
-Sangre de Cristo, fuerza de los mártires.
-Sangre de Cristo, vigor de los confesores de la fe.
-Sangre de Cristo, que engendra vírgenes.
-Sangre de Cristo, fortaleza de los que peligran.
-Sangre de Cristo, alivio de los que sufren.
-Sangre de Cristo, consuelo en la aflicción.
-Sangre de Cristo, esperanza del pecador.
-Sangre de Cristo, seguridad de los moribundos.
-Sangre de Cristo, paz y delicia de los corazones.
-Sangre de Cristo, prenda de la vida eterna.
-Sangre de Cristo, liberación de las almas del purgatorio.
-Sangre de Cristo, digna de toda gloria y honor.
Nos has redimido, Señor, con tu Sangre.
Y has hecho de nosotros un Reino para nuestro Dios

Omnipotente y Sempiterno Dios, que constituiste a Tu Unigénito Hijo Redentor del mundo y quisiste perdonarnos a través de Su Sangre; te suplicamos nos concedas que de tal modo veneremos el precio de nuestra Redención, que por su virtud seamos preservados en la tierra de los males de la vida presente, para que gocemos en el Cielo de su fruto eterno. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén. 




"...Hemos llegado al último Domingo de junio, mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, mientras que en julio la Iglesia expresa con particular intensidad la devoción a la Preciosísima Sangre de Cristo. Con estas celebraciones espirituales, la tradición invita a fijar la mirada de la fe en el misterio del Amor de Dios, que se ha revelado en la Encarnación del Hijo. A los hombres y a las mujeres de hoy, que, sumergidos en un mundo secularizado, corren el riesgo de perder el centro de gravedad de su propia existencia, Cristo les ofrece su Corazón humano y divino, fuente de reconciliación y principio de vida nueva en el Espíritu Santo..." (Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II . Ángelus. Domingo 28 de junio de 1998)
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"Empieza hoy el mes de julio, que la tradición popular dedica a la contemplación de la Preciosísima Sangre de Cristo, misterio insondable de Amor y Misericordia. En la liturgia de hoy, el apóstol San Pablo afirma en la Carta a los Gálatas que "para ser libres nos libertó Cristo" (Ga 5, 1) Esta libertad tiene un precio muy alto:  la Vida, la Sangre del Redentor. ¡Sí! La Sangre de Cristo es el precio que Dios pagó para librar a la humanidad de la esclavitud del pecado y de la muerte. La Sangre de Cristo es la prueba irrefutable del Amor del Padre Celestial a todo hombre, sin excluir a nadie.

Todo esto lo subrayó muy bien el beato Juan XXIII, devoto de la Sangre del Señor desde su infancia, cuando en su hogar oía rezar sus letanías especiales. Elegido Papa, escribió una Carta Apostólica para promover su culto (
Inde a primis, 30 de junio de 1960), invitando a los fieles a meditar en el valor infinito de esa Sangre, de la que "una sola gota puede salvar a todo el mundo de cualquier culpa" (Himno Adoro Te Devote).
(Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II. Ángelus. Domingo 1 de julio de 2001)
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Las figuras del Antiguo Testamento referidas a la sangre y a su valor salvífico se han realizado de modo perfecto en Cristo, sobre todo en su Pascua de Muerte y Resurrección. Por esto el misterio de la Sangre de Cristo ocupa un puesto central en la fe y en la salvación. Con el misterio de la Preciosísima Sangre de Cristo se relacionan o remiten al mismo:
-El acontecimiento de la Encarnación del Verbo (cfr. Jn 1,14) y el rito de incorporación del recién nacido Jesús al pueblo de la Antigua Alianza, mediante su Circuncisión (cfr. Lc 2,21);
-La figura bíblica del Cordero, con una multitud de aspectos e implicaciones: "Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Jn 1,29.36); en la que confluye la imagen del "Siervo sufriente" de Isaías 53, que carga sobre Sí los sufrimientos y el pecado de la humanidad (cfr. Is 53,4-5); "Cordero pascual" (cfr. Ex 12,1; Jn 12,36), símbolo de la redención de Israel (cfr. Hech 8,31-35; 1 Cor 5,7; 1 Pe 1,18-20);
-El "Cáliz de la Pasión", del que habla Jesús, aludiendo a su inminente muerte redentora, cuando pregunta a los hijos de Zebedeo: "¿Podéis beber el cáliz que Yo voy a beber?" (Mt 20,22; cfr. Mc 10,38) y el Cáliz de la Agonía del huerto de los olivos (cfr. Lc 22,42-43), acompañado del sudor de Sangre (cfr. Lc 22,44);
-El Cáliz Eucarístico, que en el signo del vino contiene la Sangre de la Alianza nueva y eterna, derramada por la remisión de los pecados, y es memorial de la Pascua del Señor (cfr. 1 Cor 11,25) y bebida de salvación, conforme a las palabras del Maestro: "el que come Mi Carne y bebe Mi Sangre tiene vida eterna y Yo le resucitaré en el último día" (Jn 6,54);
-El acontecimiento de la muerte, porque mediante la Sangre derramada en la Cruz, Cristo puso paz entre el Cielo y la tierra (cfr. Col 1,20);
-El golpe de la lanza que atravesó el Cuerpo de Cristo, de cuyo Costado abierto brotaron Sangre y Agua (cfr. Jn 19,34), testimonio de la Redención realizada, signo de la vida sacramental de la Iglesia –Agua y Sangre, Bautismo y Eucaristía-, símbolo de la Iglesia nacida de Cristo dormido en la Cruz.
Con el misterio de la Preciosísima Sangre de Cristo se relacionan, de modo particular, los títulos de Redentor, porque Cristo con su Sangre inocente y preciosa nos ha rescatado de la antigua esclavitud (cfr. 1 Pe 1,19) y nos "limpia de todo pecado" (1 Jn 1,7); de sumo Sacerdote de los "bienes futuros", porque Cristo "no con sangre de machos cabríos y becerros, sino con su propia Sangre entró una vez para siempre en el santuario, obteniéndonos la redención eterna" (Heb 9,11-12); de Testigo fiel (cfr. Ap 1,5) que hace justicia a la sangre de los mártires (cfr. Ap 6,10), que "fueron inmolados por la Palabra de Dios y por el testimonio que dieron de la misma" (Ap 6,9); de Rey, el cual, Dios, "reina desde el madero", adornado con la púrpura de su propia Sangre; de Esposo y Cordero de Dios, en cuya Sangre han lavado sus vestiduras los miembros de la comunidad eclesial –la Esposa–(cfr. Ap 7,14; Ef 5,25-27).
La extraordinaria importancia de la Sangre de Cristo ha hecho que su memoria tenga un lugar central y esencial en la celebración del misterio del culto: ante todo en el centro mismo de la Asamblea Eucarística, en la que la Iglesia eleva a Dios Padre, en acción de gracias, el "cáliz de la bendición" (1 Cor 10,16) y lo ofrece a los fieles como Sacramento de verdadera y real "comunión con la Sangre de Cristo" (1 Cor 10,16), y también en el curso del Año Litúrgico.
La Iglesia conmemora el misterio de la Preciosísima Sangre de Cristo, no sólo en la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Señor, sino también en otras muchas celebraciones, de manera que la memoria cultual de la Sangre que nos ha rescatado (cfr. 1 Pe 1,18) está presente durante todo el Año. En el Triduo Pascual, el valor y la eficacia redentora de la Sangre de Cristo son objeto de memoria y adoración constante. En el Viernes Santo, durante la adoración de la Cruz,  y en el día de Pascua. La fiesta de la Preciosísima Sangre de Cristo se celebra el 1 de Julio.
La veneración de la Sangre de Cristo ha pasado del culto litúrgico a la piedad popular, en la que tiene un amplio espacio y numerosas expresiones. Entre éstas hay que recordar:
-La Corona de la Preciosísima Sangre de Cristo, en la que con lecturas bíblicas y oraciones son objeto de meditación piadosa "Siete efusiones de Sangre" de Cristo, explícita o implícitamente recordadas en los Evangelios: la Sangre derramada en la Circuncisión, en el Huerto de los Olivos, en la Flagelación, en la Coronación de espinas, en la subida al Monte Calvario, en la Crucifixión, en el golpe de la lanza;
-Las Letanías de la Sangre de Cristo: el formulario actual, aprobado por el Papa Juan XXIII el 24 de Febrero de 1960, se despliega desde un argumento en el que la línea histórico-salvífica es claramente visible y las referencias a pasajes bíblicos son numerosas;
-La Hora de adoración a la Preciosísima Sangre de Cristo, que adquiere una gran variedad de formas, pero con un único objetivo: la alabanza y la adoración de la Sangre de Cristo presente en la Eucaristía, el agradecimiento por los dones de la Redención, la intercesión para alcanzar misericordia y perdón, la ofrenda de la Sangre Preciosa por el bien de la Iglesia;
-El Vía Sanguinis: un ejercicio de piedad reciente que, por motivos antropológicos y culturales, ha tenido su origen en África, donde hoy está particularmente extendido entre las comunidades cristianas. En el Vía Sanguinis los fieles, avanzando de un lugar a otro como en el Vía Crucis, reviven los diversos momentos en los que el Señor Jesús derramó su Sangre por nuestra salvación.

ORACION AL SAGRADO CORAZON DE JESUS


martes, 26 de junio de 2012

ORACIÓN EN LENGUAS, PADRE EMILIANO TARDIF

ORACIÓN EN LENGUAS


La Oración en Lenguas es maravillosa.

Como nosotros no sabemos orar como conviene, el Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad para interceder por nosotros con gemidos inefables. (Rm 8, 26.)

No es el lugar, y ya pasó el tiempo de justificar el Don de Lenguas. Es una realidad en la Iglesia de hoy. Simplemente quiero confesar mi experiencia: he visto muchas más curaciones mientras oro en lenguas que con la oración normal, nos dice el P. Emiliano Tardif.

Un día me invitaron a un programa de televisión en la ciudad de Bogotá, Colombia, pidiéndome que orara por los enfermos; lo curioso es que el programa sólo duraba un minuto, por eso se llamaba “El minuto de Dios”. A mí me parecía demasiado poco y reclamé diciéndoles:

-Ustedes duran tres minutos anunciando cervezas y al Señor le dan sólo un minuto…

Empecé la oración tan apremiado por el tiempo  que oré muy rápido. Al terminar abrí los ojos y vi el reloj: ¡me quedaban todavía treinta segundos! Mi problema entonces era que no sabía qué hacer con tanto tiempo. Oré en Lenguas frente a las cámaras de televisión.

Según testimonio del padre Diego Jaramillo, gran predicador carismático, hubo varias personas que fueron curadas en esa ocasión.

La oración en lenguas facilita que se den palabras de conocimiento o discernimiento carismático. Es cuando estamos más disponibles para que el Señor nos use porque estamos completamente rendidos a Él.

En el Segundo Encuentro Carismático de Montreal, me pidieron hacer la oración por los enfermos. Había unas 65 mil personas en la Eucaristía, la cual era trasmitida por televisión. Oré mucho en Lenguas y vinieron algunas palabras de conocimiento que trasmití tal y como me llegaban.

Una de ellas era así:

-Hay una buena mamá de 74 años que está sentada frente al televisor de su casa. En estos momentos el Señor la está sanando de sus ojos que no pueden ver.

Al terminar se me acercó un sacerdote que me tenía cierta confianza y me dijo:

-¿Pero es que tú estás loco? ¿Cómo anunciar ante 65 mil personas que una mujer ciega está delante del televisor?

Era tan lógica su objeción que no le pude responder. Pero al día siguiente salí a visitar a mi familia a 200 kilómetros de Montreal. Cuando llegué alguien me dijo:

-Padre, cerca de aquí vive la señora que se sanó delante de la televisión.

A mí me dio tanto gusto que fui a visitarla. Se llamaba Joseph Edmond Poulin y efectivamente tenía 74 años. Había enfermado de la retina. Después de un tratamiento especializado, los médicos afirmaron que su enfermedad era progresiva e incurable.

Una amiga le sugirió estar delante del televisor siguiendo la Misa de sanación del Congreso de Montreal.

Cuando hice el anuncio, ella sintió mucho ardor en los ojos.

Yo le pregunté si podía leer a lo cual me contestó negativamente. Entonces añadí:

-El Señor no hace las cosas a medias. Vamos a orar para que usted pueda leer la Palabra de Dios.

Tres días después me llamó por teléfono para comunicarme la alegre noticia de que estaba leyendo la Biblia.

El Don de Lenguas me dispuso para que el Señor comunicara lo que Él estaba haciendo.

P. Tardif

¿CÓMO ORAR CUANDO ESTÁS DECEPCIONADO?

¿CÓMO ORAR CUANDO ESTÁS DECEPCIONADO?


¿Buscamos certezas? Aquí está la más sólida de todas. Del amor de Dios podemos estar siempre seguros, completamente seguros.

Seguramente has tenido la experiencia de una decepción, un fracaso, una traición, de cuando tal vez alguien que considerabas un buen amigo o un buen socio te da una puñalada por la espalda, un ser querido que desaparece cuando más lo necesitas y te deja en completa soledad, un tiempo prolongado de inestabilidad en tu casa, de un hermano, un hijo o un amigo que se va, de alguien que no cumplió su palabra y tú sufriste graves consecuencias, un sueño en el que has invertido mucho y se te derrumba... Me refiero a la experiencia de haber puesto tus esperanzas en alguien o en algo y que todo se te venga abajo.

Experimentas una gran decepción. Surgen en la mente todo tipo de preguntas. Te cuestionas si fuiste tú el culpable. Dudas de todo y de todos. Como Jeremías, tu también dices: Maldito el hombre que confía en el hombre (Jer 17, 5) y como el salmista: Mejor es confiar en Yahvé, que confiar en el hombre. (Salmo 118)

Hay personas que en éstas circunstancias se desmoronan, caen en profunda depresión, otros incluso se suicidan. Son situaciones difíciles, a veces muy difíciles, pero también pueden ser muy provechosas. Yo creo que, por más dolorosas que se presenten, son oportunidades de oro para afianzarse y crecer. Cuando se te desmorona un edificio, es una oportunidad privilegiada para construir, ahora sí, sobre roca firme. He tenido experiencias de éstas en mi vida y he podido acompañar a muchas personas en momentos similares y los he visto madurar y superarse como nunca.

Lo que se echa de menos en estas situaciones es la fidelidad. Viene una gran nostalgia de un amor que sea fiel, que no falle, que no pueda fallar. Algo o alguien que dé garantías de estabilidad. El amor no puede pisar sobre arenas movedizas, necesita tierra firme: FIDELIDAD. Y entonces nos acordamos de Dios. Ayer mismo, una universitaria que participa en el taller de oración que estoy impartiendo en Medellín, me decía: En estos momentos, sé y entiendo que si estoy con Dios, nadie puede afectar mi estabilidad.

En el contexto bíblico, la fidelidad es sobre todo un atributo divino: Dios se nos da a conocer como Aquél que es fiel para siempre a la alianza que ha establecido con su pueblo, no obstante la infidelidad de éste. En su fidelidad, Dios garantiza el cumplimiento de su plan de amor, y por esto es también digno de fe y veraz. (Benedicto XVI, 11 de junio de 2012)

No porque Dios sea fiel se acabaron los problemas. El es fiel, pero sus designios no dejan de ser misteriosos. Por nuestra parte, seguimos siendo libres: otro gran misterio. Nuestra relación con Dios, nuestro fiarnos de Dios, no está completamente resuelto en Él. Somos libres y por ello nuestra relación con Él mantiene un carácter fundamental de pregunta.

Si vivimos estos momentos como personas humildes, profundas y coherentes, en lugar de caer en un hoyo, son oportunidades excelentes para crecer en el conocimiento de Dios y en amistad con Él. En tiempos de "arenas movedizas" creo que hay que buscar espacios de silencio y soledad y hacer oración. Este es el consejo de Santiago: ¿Sufre alguno entre vosotros? Que ore. (Santiago 5, 13)

En la oración experimentamos a Alguien que sí es fiel, la Roca firme en la que podemos confiar. Y no es que haya que ir a la oración como un escape o en busca de un sedante, sino en busca de Alguien, del único que es eternamente fiel. A la oración vamos a pisar Roca firme, vamos a abrazarnos a un Amor seguro, a descansar en un Amigo eterno. Dios es y será fiel a su Alianza.

¿Buscamos certezas? Aquí está la más sólida de todas. Del amor de Dios podemos estar siempre seguros, completamente seguros. Lo sintamos o no lo sintamos. A veces dudamos del amor de Dios porque no nos concede lo que pedimos, pero no es que diga "no" sino "te tengo algo mejor"; otra cosa es que no lo entendamos. Creo que Cristo tampoco entendió que el Padre guardara silencio en su oración en Getsemaní. Pero más tarde resucitó.

Autor: P Evaristo Sada LC

jueves, 21 de junio de 2012

¿DIOS creó el mal?

¿Dios creo el mal?

Un profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta.
-¿Dios creó todo lo que existe?
Un estudiante contestó valiente:
-Sí, lo hizo.
-¿Dios creó todo?
-Sí señor, respondió el joven.
El profesor contestó, -Si Dios creó todo, entonces Dios hizo el mal, pues el mal existe y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo. El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez más que la fe cristiana era un mito.
Otro estudiante levantó su mano y dijo:
-¿Puedo hacer una pregunta, profesor?
-Por supuesto, respondió el profesor.
El joven se puso de pie y preguntó:
-¿Profesor, existe el frío?
-¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido frío?
El muchacho respondió: -De hecho, señor, el frío no existe.
Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor.

-Y, ¿existe la oscuridad?, continuó el estudiante.
El profesor respondió:
-Por supuesto.
El estudiante contestó:
-Nuevamente se equivoca, señor, la oscuridad tampoco existe.
La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Nichols para descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz. ¿Cómo puede saber cuan oscuro está un espacio terminado? Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así? Oscuridad es un término que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando no hay luz presente.

Finalmente, el joven preguntó al profesor:
-Señor, ¿existe el mal?
El profesor respondió:
-Por supuesto que existe, como lo mencioné al principio, vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son del mal.
A lo que el estudiante respondió:
-El mal no existe, señor, o al menos no existe por si mismo. El mal es simplemente la ausencia de Dios, es, al igual que los casos anteriores un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia de Dios. Dios no creó el mal. No es como la fe o el amor, que existen como existen el calor y la luz. El mal es el resultado de que la humanidad no tenga a Dios presente en sus corazones. Es como resulta el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz.

Entonces el profesor, después de asentir con la cabeza, se quedó callado.

El nombre del joven era: Albert Einstein


Ya está on line el esperado portal oficial del Vaticano para el Año de la Fe

Ya está on line el esperado portal oficial del Vaticano para el Año de la Fe

Con página web (http://www.annusfidei.va, de momento sólo en italiano), fans page en Facebook (https://www.facebook.com/AnnoDellaFede), y perfiles en Twitter (https://twitter.com/AnnodellaFede) y Flickr (http://www.flickr.com/annusfidei), la Santa Sede ha presentado uno de los primeros pasos y parte de su programa de cara al esperado Año de la fe que la Iglesia católica celebrará del 11 de octubre de 2011 al 24 de noviembre de 2013.

Reproduzco a continuación (con ligeras modificaciones para este blog) parte del comunicado de la Sala de Prensa del Vaticano sobre la presentación del año de la fe que se ha tenido este 21 de junio en Roma. En el comunicado se informa tanto del lanzamiento del portal como de algunos actos y eventos que se promoverán: destaca el formulario de una misa especial para la Nueva Evangelización, el logotipo para este año especial, la canonización de 7 mártires y confesores de la fe, una vigilia en Pentecostés de 2013 con todos los movimientos eclesiales, una solemne adoración eucarística en Corpus Christi de 2013 en todas las catedrales del mundo y una peregrinación a Roma para todos los seminaristas, novicios y religiosas del mundo, entre otros.

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Por la mañana del 21 de junio de 2012 ha tenido lugar la presentación del “Año de la Fe” (11 de octubre 2012- 24 de noviembre 20123) en la sala de prensa de la Santa Sede. Intervinieron en el acto el arzobispo Rino Fisichella y monseñor Graham Bell, respectivamente presidente y subsecretario del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.
El arzobispo Fisichella ilustró también el calendario de los grandes acontecimientos que tendrán lugar a Roma en el curso del Año de la Fe y presentó el sito Internet y el logo que caracterizará todos los eventos del Año.
“Benedicto XVI, en su carta apostólica 'Porta Fidei' -dijo el prelado- hablaba de la exigencia de volver a descubrir el camino de la fe para resaltar cada vez más la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo. A la luz de este pensamiento (...) ha convocado un 'Año de la Fe' que comenzará en coincidencia con dos aniversarios: el quincuagésimo de la apertura del Concilio Vaticano II (1962) y el vigésimo de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica (1992) (...) El Año de la Fe se propone, ante todo, sostener la fe de tantos creyentes que, en medio de la fatiga cotidiana, no cesan de confiar, con convicción y valentía ,su existencia al Señor Jesús. Su testimonio, que no es noticia (...) es el que permite a la Iglesia presentarse al mundo de hoy, como en pasado, con la fuerza de la fe y con el entusiasmo de los sencillos”.
Por otra parte, este Año “se inserta en un contexto más amplio, caracterizado por una crisis generalizada que atañe también a la fe (...) La crisis de fe es la expresión dramática de una crisis antropológica que ha dejado al ser humano abandonado a sí mismo (...) Es necesario ir más allá de la pobreza espiritual en que se encuentran muchos contemporáneos, que ya no perciben la ausencia de Dios en su vida, como una carencia que debe ser colmada. El Año de la Fe quiere ser un camino que la comunidad cristiana brinda a los que viven con nostalgia de Dios y con el deseo de encontrarlo de nuevo”.
Así, el programa toca “la vida diaria de cada creyente y la pastoral ordinaria de la comunidad cristiana para que se vuelva a encontrar el espíritu misionero necesario para dar vida a la nueva evangelización”. En este ámbito, el arzobispo anunció que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha aprobado el formulario de una Misa especial 'Para la Nueva Evangelización'. “Es un signo para que en este año (...) se de la primacía a la oración y especialmente a la Eucaristía, fuente y culmen de la vida cristiana”.
A continuación, el arzobispo presentó el logo del Año de la Fe: una barca, imagen de la Iglesia, cuyo mástil es una cruz con las velas desplegadas y el trigrama de Cristo (IHS). El sol, en el fondo, recuerda la Eucaristía. El sito del evento www.annusfidei.va , en diversos idiomas, se podrá consultar a través de todos los dispositivos móviles y tablets.
También está listo el himno oficial: “Credo, Domine, adauge nobis fidem”. Asimismo, a primeros de septiembre se publicará, en diversos idiomas, el Subsidio pastoral “Vivir el Año de la Fe”. Una pequeña imagen del Cristo de la catedral de Cefalú (Sicilia), en cuyo reverso está escrita la Profesión de Fe, acompañará a los fieles y peregrinos a lo largo del Año.
Por último, dio a conocer el calendario de los eventos más importantes que contarán con la presencia del Santo Padre y se celebrarán en Roma; entre ellos la apertura del Año de la Fe que “tendrá lugar en la Plaza de San Pedro, el jueves 11 de octubre, quincuagésimo aniversario del Concilio Vaticano II. Habrá una solemne concelebración eucarística con todos los Padres sinodales, los presidentes de las Conferencias Episcopales del mundo entero y los últimos Padres conciliares.
El 21 de octubre se canonizarán 7 mártires y confesores de la fe: el francés Jacques Barthieu; el filipino Pedro Calugsod; el italiano Giovanni Battista Piamarta; la española María del Carmen; la iroquesa Katheri Tekakwhita y las alemanas Madre Marianne (Barbara Cope) y Anna Schäffer. El 25 de enero de 2013, en la tradicional celebración ecuménica en la basílica romana de San Pablo Extramuros, se rezará para que “a través de la profesión común del Símbolo los cristianos (...) no olviden el camino de la unidad”. El 28 de abril el Santo Padre confirmará a un grupo de jóvenes. El domingo 5 de mayo, estará dedicado a la piedad popular y a la labor de las cofradías.
El 18 de mayo, vigilia de Pentecostés, los movimientos antiguos y nuevos se reunirán en la Plaza de San Pedro. El domingo 2 de junio, Corpus Christi, habrá una solemne adoración eucarística y, a la misma hora, en todas las catedrales e iglesias del mundo.
El domingo, 16 de junio, estará dedicado al testimonio del Evangelio de la Vida. El 7 de julio, concluirá en la Plaza de San Pedro, la peregrinación de los seminaristas, novicias y novicios de todo el mundo. El 29 de septiembre, los protagonistas serán los catequistas en el aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica. El 13 de octubre está dedicado a la presencia de María en la Iglesia. Por último, el 24 de noviembre se celebrará la jornada de clausura del Año.
Diversos dicasterios tienen en programa iniciativas publicadas en el calendario. El Año se enriquecerá con eventos culturales, entre los cuales, una exposición sobre San Pedro en Castel Sant'Angelo (7 febrero- 1 mayo 2013) y un concierto en la Plaza de San Pedro (22 de junio 2013).
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