martes, 28 de julio de 2015

EL VERANO CRISTIANO

EL VERANO CRISTIANO
Padre Javier Leoz

1.Es tiempo adecuado para fortalecer los vínculos familiares. El ritmo acelerado que llevamos por mil razones laborales o lúdicas, no favorecen precisamente la cercanía, sinceridad o diálogo de los unos con los otros: el verano es vida que se comparte.

2.Es un momento para el descanso pero no para dejar que “Dios” se duerma en nuestro corazón o, tal vez, lo dejemos marginado por otros “dioses” más refrescantes pero efímeros. El verano no es excusa para vivir al margen de la fe. ¿Acaso dejamos de comer o de beber en estos meses?

3.Es un espacio para una lectura de nuestra vida. La playa invita, sobre todo en la noche estrellada, a la reflexión. El monte a la acción de gracias en la espesura de su belleza. El arte al asombro de un Dios que se proyecta a través de la mano creadora del hombre. El verano es un tiempo para saborear, como dice el Papa Francisco en “Laudato si” la belleza de lo que no está corrompido.

4.Es un soplo a nuestro cansancio. Pero, en ese intento, hemos de ser conscientes de que “el hacer mucho” puede causar el efecto contrario: más agotamiento. Descansar implica hacer extraordinario lo que, en el curso, era ordinario. El verano es procurar fortaleza a las partes más dañadas de nuestras personas.

5.Es aliento por la oración. ¡Manda un whashap al Señor! Participa en la eucaristía dominical. No te escudes con el “no hay una iglesia cerca” (tampoco los bares o los cines nos quedan al lado y los buscamos). Quien busca encuentra y, quien busca y celebra al Señor, su verano es humano y divino. El verano puede ser relax y relajamiento. ¿También de nuestra fe?

6.Es alimento y fraternidad. El desconocido se hace cercano, el enemigo se puede conquistar, la frialdad se puede convertir en algo cálido. El verano es tiempo de conquistas de nuevas amistades y de recuperar viejos amigos.

7.Es punto y aparte de nuestros problemas. Hay que aprender, por lo menos durante un tiempo, a que los problemas no se adueñen totalmente de nuestra existencia. ¿Qué los tienes? ¡No importa! Déjalos de lado durante un tiempo. Cuando regreses tal vez seguirán existiendo pero tú les harás frente con más fuerza. El verano es dejar de lado aquello que nos estorba.

8.Es familia que disfruta todos a una. Acostumbrados al vorágine de una vida penetrada por mil historias, hay que reservar unos días para la alegría que se comparte, para demostrar el humor que llevamos dentro. El  payaso profesional es aquel que, aun estando llorando por dentro, hace feliz al que está sollozando por fuera. El verano reclama sonrisas familiares y espacios para el entretenimiento.

9.Es piscina de perdón. El trabajo, la competitividad, las responsabilidades y otros tantos vértices profesionales nos distancian y crean muchos malos entendidos. El verano, con un mensaje, un gesto, una palabra o una disculpa hace que todo vuelva a ser como antes. El verano es tiempo de curar heridas.

10.El verano no es diluirse en el vicio y capricho. No es dejar de lado a los tuyos. No es abandonar la práctica de la fe y mucho menos la misa de cada domingo. Un cristiano tiene derecho a sus vacaciones pero, un cristiano, nunca guarda vacaciones en su fe. ¿Acaso podemos vivir sin respirar? Dios, los sacramentos, la oración, la lectura espiritual, la visita al Santísimo, una obra de caridad es el mejor SOL,  LA MEJOR PLAYA, EL MEJOR MONTE Y EL ÓPTIMO VIAJE TURÍSTICO que podemos realizar. Lo contrario, en la vida de un cristiano, es más de lo mismo sin lo esencial: ¡DIOS!


sábado, 20 de junio de 2015

ESTOY AHI,CONTIGO

ESTOY AHÍ, CONTIGO

¿Me necesitas? Estoy aquí contigo. No puedes verme, sin embargo soy la luz que te permite ver.

No puedes oírme, sin embargo hablo a través de tu voz.
No puedes sentirme, sin embargo soy el poder que trabaja en tus manos.

Estoy trabajando en ti, aunque desconozcas mis senderos.
Estoy trabajando, aunque no reconozcas Mis obras.
No soy una visión extraña.

No soy un misterio. Sólo en el silencio absoluto, más allá del “yo” que aparentas ser, puedes conocerme, y entonces sólo como un sentimiento y como fe.

Sin embargo, estoy aquí contigo. Sin embargo, te oigo. Sin embargo te contesto.
Cuando me necesitas, estoy contigo.

Aunque me niegues, estoy contigo. En los momentos en que más solo crees encontrarte, Yo estoy contigo.
Aún en tus temores, estoy contigo.
Aún en tu dolor, estoy contigo.

Estoy contigo cuando oras y cuando no oras. Estoy en ti, y tú estás en Mí.
Sólo en tu mente puedes sentirte separado de Mí, pues sólo en tu mente están las brumas de “lo tuyo” y “lo Mío”.

Sin embargo, tan sólo con tu mente, puedes conocerme y sentirme.
Vacía tu corazón de temores ignorantes.
Cuando quites el “yo” de en medio, estoy contigo.
De ti mismo no puedes hacer nada, pero Yo todo lo puedo.
Yo estoy en todo.

Aunque no puedas ver el bien, el bien está allí, pues Yo estoy allí.
Estoy allí Sólo en Mí, tiene el mundo significado.
Sólo en Mí, toma el mundo forma.

Sólo en Mí, el mundo sigue adelante. Soy la ley en la cual descansa el movimiento de las estrellas y el crecimiento de toda célula viva.
Soy el amor que es cumplimiento de la ley.
Soy seguridad, Soy paz. Soy unificación.

Soy la ley por la cual vives. Soy el amor en que puedes confiar. Soy tu seguridad. Soy tu paz.
Soy uno contigo. Yo Soy.
Aunque falles en encontrarme. Yo nunca dejo de encontrarte.

Aunque tu fe en Mí es insegura, Mi fe en ti nunca flaquea. Porque te conozco, porque te amo, estoy contigo.


sábado, 21 de febrero de 2015

EL ECO DE LA VIDA

EL ECO DE LA VIDA

Van caminando en las montañas un padre e hijo, de repente, el hijo se cae, se lastima y grita:
- “Aaaaaahhhhhhhhh!!!!!”
Para su sorpresa oye una voz repitiendo en algún lugar de la montaña:
- “Aaaaaahhhhhhhhh!!!!!”
Con curiosidad el niño grita:
- “QUIÉN ESTÁ AHI??”
Recibe una respuesta:
- “QUIÉN ESTÁ AHI??”
Enojado con la respuesta, el niño grita:
- “COBARDE”
Y recibe de respuesta:
- “COBARDE”
El niño mira a su Padre y le pregunta:
- “Qué sucede??”
El Padre, sonríe y le dice:
- “Hijo mío, presta atención”
Entonces el padre grita a la montaña:
- “TE ADMIRO”
Y la voz le responde:
- “TE ADMIRO”
De nuevo, el hombre grita:
- “ERES UN CAMPEÓN”
Y la voz le responde:
- “ERES UN CAMPEÓN”,
De nuevo, el hombre grita:
- “ESTAS LLENO DE EXITOS”
Y la voz le responde:
- “ESTAS LLENO DE EXITOS”.
El niño estaba asombrado, pero no entendía. Luego, el padre le explica, la gente lo llama Eco, pero en realidad ES LA VIDA!!!… Te devuelve todo lo que dices o haces…
Nuestra vida es simplemente un reflejo de nuestras acciones:si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor;si deseas felicidad, da felicidad a los que te rodean;si quieres una sonrisa en el alma, da una sonrisa al alma de los que conoces.
Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida, la vida te dará de regreso, exactamente aquello que tú le has dado. Tú vida, no es una coincidencia, es un reflejo de tí.
Alguien dijo……
“Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa muy bien lo que estás dando”


viernes, 13 de febrero de 2015

Reflexión: CASA EN EL CIELO



Un día una señora falleció y llego al cielo. Ahí, junto a las más de cien mil personas que diariamente mueren, estaban haciendo fila para saber cuál sería su destino eterno.
De pronto apareció San Pedro y les dijo:

-Vengan conmigo y les mostraré en qué barrio esta la casa que le corresponde a cada uno. Ello dependerá de la cantidad de amor que cada cual haya ofrecido en la tierra a los demás. Aquí la única cuota inicial que se recibe para su habitación eterna es la caridad y el buen trato que jamás hayan dado en la tierra.

Y los fue guiando por barrios de lujo como ella jamás pensó que pudiera existir.

Llegó a un barrio hecho todo de oro, casas de oro, puertas doradas, paredes y techos de oro, una maravilla. Y San Pedro exclamó:

- Aquí los que gastaron mucho dinero en ayudar a los necesitados, los que su amor a los demás, sí les costó en su vida!.

Y fueron entrando todos los generosos, los que partieron su pan con los hambrientos, los que regalaron sus vestidos a los pobres, consolaron a presos y visitaron a los enfermos.

La señora quiso entrar, pero un ángel la detuvo al tiempo que le decía:

- Perdóneme pero usted en la tierra no daba sino migajas a los demás, jamás dió nada que en verdad le costara tiempo o dinero. Este barrio es solamente para los de corazón generoso.

Y no la dejó entrar. Pasaron luego a otro barrio de la eternidad.

Todas las cosas estaban construidas de marfil. Toda blancura y elegancia nunca vista. La señora se apresuró a entrar en tan hermoso barrio, pero un Ángel Guardián la tomó del brazo y le dijo:

- Me da pena señora, pero en esta parte es donde residen solamente aquellos que tuvieron un trato limpio y sincero hacia a los demás, usted era una persona muy corriente en hablar, dura, criticona y a veces hasta grosera en su trato.

Y mientras los demás entraban gozosos a tomar posesión de sus lujosas casas, la pobre mujer se quedaba afuera mirando con envidia a aquellos que habían sido tan afortunados. Ella no pudo entrar, le faltaba la cuota inicial: haber tratado bien a los demás.

Siguieron luego a un tercer barrio. Toda era más puro de cristal, todos brillantes y hermosos. La señora corrió a tomar posesión de una de aquellas maravillas, pero el Ángel Portero la detuvo y le dijo muy serio:

- En su pasaporte dice que usted, no se interesó ni poco ni mucho por instruir a los demás. Y usted nunca se preocupó porque las demás personas con las que usted vivía se volvieran mejores. Así que no hay casa para usted, le falta la cuota inicial de: haber colaborado, para que otros se instruyeran en las cosas del Señor.

Entristecida, la pobre mujer veía, que entraban miles de personas muy alegres a tomar posesión de su casa, mientras ella con un numeroso grupo de egoístas era llevada cuesta abajo hacia un barrio verdaderamente feo y asqueroso. Todas las habitaciones estaban construidas de desechos. El único material que se había utilizado para la construcción de aquella casa, eran de objetos basura. Ella se tapó la nariz porque la fetidez era insoportable y quiso salir huyendo. No obstante el guardia del barrio le dijo muy seriamente:

- Una de estas casas será su habitación eterna, ven a tomar posesión de ella.

La mujer gritó angustiada que no, que eso era horrible, que jamás sería capaz de vivir en semejante montón de basura y el Angel le respondió:

- Señora esto es lo único que hemos podido construir con la cuota inicial que usted envió desde la tierra. Las habitaciones de la eternidad las hemos construido con los materiales que las personas manden desde el mundo. Usted solamente enviaba cada día egoísmo, malos tratos a los demás, murmuraciones críticas, palabras hirientes, odios, tacañerías y envidias.

¿Que más hubiéramos podido construirle? Usted misma nos envió el material para construirle su mansión.

La mujer empezó a llorar y a decir que ella no quería vivir ahí. Y de pronto para zafarse de las manos de que quienes quería hacerle entrar semejante casa, dió un salto y... se despertó, tenía la almohada empapada en lágrimas.

Sin embargo, aquella pesadilla le sirvió de examen de conciencia y desde entonces empezó a cambiar su vida y el material que enviaba como cuota inicial para la construcción de su mansión eterna.

Y USTED... Se ha preguntado: ¿Qué clase de material está enviando para que construyan la casa donde vivirá eternamente? Aún estamos a tiempo de cambiar el material de nuestra cuota inicial, empiece por amar a los demás, como nos amamos a nosotros mismos...

Autor desconocido


jueves, 29 de enero de 2015

ORACIÓN PARA SANAR LAS HERIDAS

ORACIÓN PARA SANAR LAS HERIDAS 



¡Sáname, Señor!
De las esperas y de los olvidos del destino
De las indiferencias de los corazones
que hieren el mío

Sáname, Señor, de mis descuidos
De aquellos errores que he cometido
al dar pasos sin pensar en Ti
ni en Tus caminos 

Sáname de las decepciones
De aquello que anhelo y nunca ha sucedido
De la esperanza perdida
De aquello que nunca olvido

Sáname, Señor, de aquello que oculto
y que guardo, por temor, en el rincón del olvido
Aquello que por vergüenza
bajo el silencio, no lo digo

Sáname, Señor,
del querer sentirme amado y comprendido
Del orgullo que desea
ser tenido en cuenta y sostenido

Que solamente busque ser pequeño
tenido en nada
sencillo y abrazado a Tus designios

Sáname… en fin Señor, enséñame
Ámame, que Te necesito

(Del libro “Sal de tu cielo”. Autor: P. Guillermo Serra, L.C.)
©Padre Guillermo Serra, L.C. 2015

martes, 27 de enero de 2015

CONSEJOS BIBLICOS PARA SER FELIZ

"Consejos bíblicos para ser feliz."


¿Quién no quiere ser feliz? ¿Acaso hay alguno que quiere vivir en desgracia? 

He aquí una serie de consejos la mar de útiles para que se nos conceda esa dicha:

Consejo 1: "Guarda sus leyes y sus mandamientos que hoy yo te prescribo, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y permanezcas largos años en la tierra que te da Yavé, tu Dios." (Deut 4,40)

No tengan ustedes la menor duda de que el camino seguro hacia la felicidad es vivir conforme a la voluntad de Dios. Y eso implica cumplir sus mandamientos. Algo posible de hacer si por gracia amamos a Dios. Como dice San Juan:

Consejo 2: "Conocemos que amamos a los hijos de Dios en que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues ésta es la caridad de Dios, que guardemos sus preceptos. Sus preceptos no son pesados." (1 Jn 5,2)

Hemos de saber todos que cuanto más amamos a Dios, más fácil nos resulta cumplir sus mandamientos, porque ese mismo amor es gracia que nos ayuda a no pecar. El que ama al Señor acaba odiando el pecado que le aleja de Él. Mas no debemos desesperar si vemos que todavía pecamos, pues Él es fiel para perdonarnos cada vez que caemos si en verdad nos acercamos con un corazón contrito y humillado. Imploremos de su misericordia el perdón y de su gracia la capacidad para vencer toda tentación.

Consejo 3: "Honra a tu padre y a tu madre, como Yahvé, tu Dios, te lo ha mandado, para que vivas largos años y seas feliz en la tierra que Yahvé, tu Dios, te dará."  (Deut 5,16)

Honrar a los padres es propio de personas decentes. Les debemos obediencia mientras estamos sujetos a ellos. Y respeto siempre, mientras vivan. Independientemente de cómo se comporten con nosotros. Por supuesto, dentro de ese respeto no entra el permitirles que interfieran en asuntos que son de nuestra absoluta incumbencia. Si Dios mismo dice que el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, es claro que no debemos permitir que los padres pongan en peligro un matrimonio. Pero hágase tal cosa sin faltarles al respeto y la honra debida.

Ni que decir tiene que en su vejez los padres han de ser objeto del mayor de nuestros cariños. Tanto más si están enfermos. Y permitidme añadir también a nuestros padres espirituales, los sacerdotes. Que no tienen hijos en la carne pero muchos de ellos nos han engendrado y criado en Cristo. Seamos especialmente atentos con ellos.

Consejo 4: "Porque, siguiendo la verdad, serás feliz en todas tus obras, como todos los que practican la justicia. Según tus facultades, haz limosna y no se te vayan los ojos tras lo que des. No apartes el rostro de ningún pobre, y Dios no los apartará de ti." (Tobías 4,6-7)

Verdad y caridad, caridad y verdad, binomio inseparable para alcanzar la fidelidad. Goza más el que da que el que recibe. Y pocas cosas hay tan satisfactorias para el alma como ayudar al necesitado. 

Les cuento una anécdota personal. Siendo bastante niño -no más allá de 6 ó 7 años- iba con mi madre por el metro (suburbano) de Madrid, cuando al salir a la calle en la estación de Embajadores, nos encontramos a una mujer muy anciana pidiendo limosna. Por alguna razón que se me escapa, me quedé impresionado al ver su rostro. Pasamos de largo pero según empezamos a subir las escaleras, le dije a mi madre: “dame cinco duros para entregárselos a esa mujer". Mi madre se sorprendió, pues era la primera vez que le pedía algo así. Me los dio, bajé, se los entregué a esa anciana, que me miró fíjamente a los ojos y musitó: “gracias, hijo mío. Dios te lo pague". Créame si les digo que no había muchos niños en el mundo tan felices como yo en esos momentos. Fue, probablemente, la primera vez que ayudé a un pobre. Y no se me olvidará en la vida la alegría que Dios me dio.



Consejo 5: "Pero tú guarda la Ley y los preceptos, sé misericordioso y justo, y serás feliz." (Tobías 14,9)

Nuevamente ley, misericordia y justicia. Cuando hoy se prostituye tanto la misericordia de Dios, pretendiendo hacerla cómplice de nuestras transgresiones, es necesario recuperar su verdadero sentido. Grande es la misericordia de Dios que nos perdona nuestros pecados, pero hay tanta o más misericordia divina en librarnos de pecar.

Consejo 6: "Porque sol y escudo es Yavé, Dios, y da Yavé la gracia y la gloria y no niega los bienes a los que caminan en integridad." (Salm 84,12)...
"A cada uno de nosotros ha sido dada la gracia en la medida del don de Cristo." (Efe 4,7)
"Pues de su plenitud recibimos todos gracia sobre gracia." (Jn 1,16)

No lo olvidemos. Todo es gracia. Hasta nuestra colaboración con la gracia nos es dada por gracia. No la desperdiciemos. No caigamos en la tentación de confiar solo en nuestras fuerzas, ni en la desesperación de creer que no nos es concedido vencer el pecado. Dios nos ama tanto que envía a su Hijo a pagar el precio por nuestros pecados y a su Espíritu para recrearnos a imagen del Hijo, de forma que podamos vencer toda tentación. Si somos hijos de Dios, obremos como el Hijo de Dios nos concede obrar en el Espíritu Santo. Y solo así seremos verdaderamente felices. Que de nosotros se pueda decir:

Consejo 7: "No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad." (3 Jn, 4)

Y que con Santa Teresa de Jesús podamos al fin de nuestros días decir: “al fin muero hija de la Iglesia“. Al fin y al cabo, como decían los Padres, “no puede tener a Dios por Padre quien no tiene a la Iglesia como Madre“.


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Autor: Luis Fernando Pérez Bustamante

domingo, 25 de enero de 2015

LA HISTORIA DEL CANGREJO

LA HISTORIA DEL CANGREJO

Hubo cierta vez una reunión muy importante en el fondo del mar, Era la reunión de los cangrejos. La había convocado uno de los más viejos para tomar en ella, lo que él pensaba, era una decisión muy importante. 

Acudieron pues cangrejos de todos los mares, desde los que llegaban de mares pequeños y aguas tranquilas, hasta los que procedían de los océanos más agitados. Aún aquellos que vivían en los ríos contaminados mandaron a su delegado. 

La reunión se abrió puntualmente. El viejo cangrejo tomó la palabra y dijo: “Amigos míos, hemos venido haciendo algo que se ha constituido en un mal ejemplo para el resto del mundo. Es una costumbre que tenemos que cambiar”. 

Muy preocupados, todos lo miraban con curiosidad. Un joven cangrejo de río no pudo reprimir la curiosidad, y preguntó: “¿Y cuál es esa costumbre?” “¿Por qué crees que es un mal ejemplo para los demás seres de la creación?”. 

El anciano cangrejo respiró profundo. Muy preocupado tomó de nuevo la palabra y continuó: “Se lo diré sin rodeos. Debemos de dejar de caminar hacia atrás. Todos nos ponen de ejemplo negativo y hablan de nosotros como retrógradas”. Un cangrejo colorado que venía de muy lejos, dándose cuenta de lo serio del problema, preguntó: “¿Y qué propones para remediar el nocivo ejemplo que damos?”. 

El anciano cangrejo tomó de nuevo la palabra: “Seré realista. Para nosotros ya es muy difícil cambiar. Pero para los cangrejos niños será más fácil. Yo propongo que sus madres les enseñen a caminar hacia adelante”. 

Los cangrejos se emocionaron con la sinceridad con que se les había hablado, y secundaron con entusiasmo la moción. En esta forma quedó instituido que todos los cangrejos que nacieran de ese momento en adelante, serían instruidos por sus madres para caminar hacia adelante. 

Cada uno volvió a su hogar. Y las madres empezaron a enseñar a sus pequeñuelos. Guiaron con amor sus patitas, primero una hacia adelante, luego la otra. Una y otra vez insistieron en la nueva forma de avanzar. Los pequeños intentaron seguir las instrucciones, aunque les costaba mucho trabajo. Pero con sinceridad trataron de hacerlo. 

Sin embargo, sucedió algo curiosos. Sus mamás les decían cómo debían caminar, pero ellas mismas y todos los demás cangrejos a su alrededor continuaban caminando hacia atrás como siempre. “¿Cómo es que ellas hacen una cosa y nos enseñan otra?”, dijo un cangrejito muy estudioso cuando las mamás no estaban presentes. Los demás estuvieron de acuerdo. 

Algunos pensaban que era una broma que les querían jugar, otros aducían que debía ser más fácil caminar hacia atrás, puesto que así lo hacían los demás. 

En vista de la rebelión, hubo de convocarse a una nueva junta de cangrejos. “La ley que hemos propuesto no funciona” admitió el anciano cangrejo que siempre decía la verdad. Y agregó: 

“Y no funciona porque no hemos predicado con el ejemplo, y lo cierto es que no podemos pedir a los demás que hagan lo que nosotros no hacemos”. 

La historia dice que esa es la razón por la que los cangrejos siguen caminando hacia atrás. Y la lección que se desprende de este simpático cuento infantil nos dice a nosotros que los demás prestarán más atención a lo que hacemos que a lo que decimos. 



“Lo que haces habla tan fuerte que no deja oír lo que dices”. William James