*Margarita Ramos*
Navidad es la sencillez y simpleza de un Dios Todopoderoso que, libremente y por amor infinito, se empequeñece y se humaniza para vivir, caminar, compartir y asumir en su persona la debilidad y pobreza del hombre para salvarlo, enaltecer y divinizar.
El gran misterio del Amor de Dios se materializa, se encarna y se deja tocar en la persona de Jesús. La cercanía del Amor está en medio de nosotros.
Todo un Dios, toda su grandeza y omnipotencia se empequeñecen para entrar en el diminuto y estrecho corazón humano y ensancharlo. En una palabra, engrandecerlo y elevarlo al Cielo.
Emanuel, Dios con nosotros, está aquí, está en los corazones que, deteniéndose de sus afanes y carreras, se encuentran con Él, sucumben ante tanta bondad y dejan que su Misericordia bese nuestras miserias y tome su lugar en nosotros.
Navidad es la belleza y verdad del Creador al alcance de todos los mortales, la sublime sabiduría del Altísimo que se da de manera llana y espontánea, sin más preámbulos, sin más retórica, sin más adornos que la sencillez más simple, más íntima.
Navidad es la Luz, no la de neón, sino la auténtica luz de nuestros abismos para ahuyentar las sombras y tinieblas que nos confunden y obnubilan y nos llevan al camino equivocado, nos llevan a la derrota y nos separan de la auténtica felicidad a la que aspira el corazón humano.
Navidad es tener una mirada amplia y generosa, una mirada que toma en cuenta al que está cerca pero también al que está lejos, al que te sonríe y al que te esquiva, al que te muestra su rostro y al que se esconde. ¡Navidad es tener una mirada para todos!
Navidad es el deseo que todo humano de conocer a Dios, de sentirlo, de tenerlo al alcance, de tocarlo, de vivir con Él.
Navidad es la suavidad de la brisa en medio del temporal, la sosegada calma en medio de la guerrilla que tenemos con nosotros mismos, con los demás y más allá de los demás. ¿Es la paz que busca nuestro corazón por encima de todo y de todos y que sólo nos la puede dar aquel que es la fuente auténtica de la paz, Jesús!
Navidad es dejar que el amor se salga con las suyas, la sencillez fulmine la arrogancia, altivez y prepotencia y un niño pueda acariciar un león y este, a su vez, lamer su mano inocente. ¿Es acaso todo esto idealismo o es la auténtica verdad?
¡Navidad sí es la auténtica verdad y no hay otra!
Es la creación nueva de la que habla Isaías (65).
Como dijo María: hágase en mí la palabra, hágase en mí la vida, ¡hágase en mí la Navidad!
[publicado en periódico El Día 22/12/2024]
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