martes, 10 de enero de 2012

El Papa pide a los católicos que demuestren su fe con palabras y con hechos

Reflexión de hoy."Someterse a la autoridad de Cristo"


En el Salmo Responsorial de hoy tomado del primer libro de Samuel, Ana proclama: "Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador". Esta es la misma escritura que María utilizó cuando se convirtió en la madre de Cristo. ¿La puedes decir tú, también? ¿Aun cuando tú vida está en confusión o en gran tristeza?
¿Cómo pueden regocijarse nuestros corazones en Jesús cuando nuestras oraciones todavía no han sido contestadas?
La lectura del Evangelio ilustra la autoridad de Jesús. Si sinceramente aceptamos y entendemos su autoridad sobre nuestras vidas, podemos regocijarnos en el Señor aun cuando sufrimos por nuestras propias decisiones pecadoras o las de los demás, aun cuando nuestro corazón lo sentimos roto y no parece existir ningún alivio.
¿Por qué? Porque sabemos que su autoridad es suprema, lo que significa que todo lo que hemos puesto bajo su autoridad será transformado de lo malo a lo bueno. Las tragedias serán transformadas de malas a buenas. Las penas darán paso a la alegría.
Sin embargo, si rechazamos la autoridad de Cristo actuando como si nosotros somos los que estamos a cargo, decidiendo nosotros mismos cómo manejar nuestras vidas, cómo pasar nuestro tiempo, que hacer y cuando hacerlo, basado en nuestros sentimientos y percepciones limitadas, entonces nuestros problemas sólo empeoraran.
No se siente nada seguro ceder el control y permitir que Jesús tenga toda la autoridad, ¿pero realmente pensamos que nosotros somos más inteligentes que Jesús? No se siente bien detenerse y tomar tiempo para escuchar devotamente la guía del Señor cuando tenemos que tomar decisiones, especialmente cuando no nos gusta su consejo, pero ¿podemos confiar en nosotros realmente?
Para que nuestros corazones se regocijen en Jesús, tenemos que cambiar nuestro enfoque de como se siente ceder el control; tenemos que poner nuestro enfoque en la presencia de Cristo en las enseñanzas que él nos da en la Biblia, en los escritos de la Iglesia y en su Espíritu actuando por medio de la comunidad de la Iglesia. Por medio de estos recursos, él explica cómo responder a las situaciones de la vida, y su Espíritu Santo nos ayuda a interpretar su guía correctamente. Like us on Facebook
Al hacer lo que Jesús nos pide hacer, nos estamos sometiendo a la autoridad de Cristo. Estamos escogiendo confiar en que estamos a salvo viviendo bajo su autoridad. Y así podemos beneficiarnos de esta autoridad.
Recuerda que el más amoroso, más poderoso, más sabio en el universo está utilizando su autoridad suprema para nuestro beneficio. Like us on Facebook Este conocimiento es lo que puede darle a tu corazón gran razón para regocijarse.
 
Reflexión de Las Buenas Nuevas
Martes de la Primera Semana del Tiempo Ordinario
10 de enero, 2012
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org , registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para reenviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2012 por Terry A. Modica

lunes, 9 de enero de 2012

ASI SE PONE NOMBRE A UN GRUPO DE ORACION CARISMATICA:

Que el Amor y la Paz del Señor nos acompañe cada día y Siempre, hermanos! Ayer conocimos esta Formación Espiritual y hoy la compartimos, para Gloria del Señor. Una forma de poner Nombre a un Grupo de Oración Carismática es la siguiente:
- Lo Primero de todo, como no, es Orar.
- Lo segundo es que cada hermano del grupo escriba en un papelito un Nombre para el Grupo.
- Y lo tercero es mirar los papelitos y ver si algún Nombre se repite mas que los otros, entonces ese seria el Nombre. Y si hay empate entre los Nombres mas repetidos de los papelitos pues se hace una votación de todos los hermanos entre dichos Nombres, y el que salga mas votado seria el Nombre. Si aun así se mantiene el empate se vuelve a Orar y se puede repetir todo el proceso.
Todo esto en clima de Oración durante todo el proceso, Gloria al Señor!

JESUS LLORA CONTIGO

Jesus llora contigo. 

Imagínate a ti mismo con las sandalias de Ana al leer o escuchar la primera lectura de hoy. Peninná es cualquier persona en tu vida que dice ser un cristiano pero que se comporta de manera pecaminosa contra ti y que no tiene remordimiento, ni sufre castigo, mes tras mes, año tras año. Mientras tanto, tú has sido un creyente bueno y fiel del Señor, más sin embargo, tus oraciones por un fin a esta dificultad han sido estériles. Tú Peninná ridiculiza tú pureza de fe, arrogantemente te trata como inferior, y no le importan nada tus sufrimientos.

Jesús es tú Elcaná, tu amado esposo. ¿Él te dice, "por qué lloras y estás triste? ¿No soy para ti más que todo lo que deseas"?

Sí lo es, pero su abrazo amoroso y su comprensión compasiva no hacen que se acaben tus penas. Las injusticias continúan. Te preguntas por qué Dios no ha intervenido para cumplir su promesa de ensalzar al débil y humillar al arrogante. Like us on Facebook

En los versos de mañana, nosotros veremos cómo Dios finalmente contesta las oraciones de Ana, pero hoy Ana no sabe si sus penas terminarán algún día. Después de tantos años de soportar los abusos de Peninná y verla recibir grandes bendiciones a pesar de su maldad, Ana tiene razón para estar triste. Sus lágrimas son nuestras lágrimas cuando necesitamos que nuestra propia vida mejore y no sucede así.

En ocasiones como está, no tenemos nada más que al propio Señor para que nos de alivio, satisfacción y paz. El alivio no viene de que nuestras oraciones sean contestadas, sino del Contestador de nuestras oraciones. Por ahora, su respuesta quizás sólo sea, "estoy aquí, mi amado. No estás solo. Lloro contigo".

En esta intimidad esta la salvación que esperamos. En esta intimidad está la victoria que sabemos que debemos esperar, el cumplimiento de las promesas de Dios en las que confiamos. En esta intimidad está la justicia y la liberación que es debida a nosotros. Pero nosotros sólo podemos experimentar esta victoria EN EL. No está en nuestras dificultades- todavía no. ¿Jesús pregunta, "no Soy más para ti que todo lo demás"? Like us on Facebook

La hora más oscura es el momento en que nos sentimos como que queremos darnos por vencidos, pero la Luz de Cristo siempre está aquí, esperando ser descubierta de nuevo. Estamos combatiendo los poderes de la oscuridad que nos hacen sentir desalentados y desanimados. Necesitamos recordar que Dios nunca ignora los gritos de su gente. Jesús ya ha conquistado la oscuridad. No permitas que nadie ni nada te robe esta verdad. Cada dificultad terminará. Cada injusticia será justificada por nuestro Amado Señor.

Pero mientras tanto, encuentra tú alivio en Jesús.

Reflexión de Las Buenas Nuevas
Lunes de la Primera Semana del Tiempo Ordinario
9 de Enero, 2012

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada con permiso bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2010. Para obtener permiso para reenviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor





© 2011 por Terry A. Modica

sábado, 7 de enero de 2012

CAMINATA MAñANA DOMINGO, 8 de Enero

CAMINATA MAñANA DOMINGO, 8 de Enero:
- Ruta que rodea El Volcán Chinyero (Santiago del Teide), de dificultad baja, de 2 horas y media de duración.
Camino que, entre pinos y por suelo de negro picón, rodea El Chinyero y muestra las recientes coladas de lava. Situado dentro de la Reserva Natural Especial El Chinyero y con una bonita y cercana panorámica de El Teide y Pico Viejo.
Como hace tiempito que no hacemos ninguna queremos empezar el año con esta Preciosa caminata, de espectaculares paisajes y sensaciones; yo solo la he hecho una vez hace unos meses y de verdad que la recomiendo.
Salimos a las 9 de la mañana de San Isidro (en los aparcamientos frente a la casa de coches Nisan, al lado de la autopista); y a las 9 y 15 salimos de Adeje (en los aparcamientos frente a las puertas del centro comercial Gran Sur). Se pueden organizar fácilmente otros lugares de salida dependiendo de la gente que quiera ir.
Si quieren mas información del lugar de la Caminata, la pueden encontrar en esta página:
http://www.santiagodelteide.org/index.php/mod.pags/mem.detalle/idpag.27/cat.351/chk.3cb1eb95770167acbc5f63e518de4503.html
En estos dias de Reyes, tengo que agradecer al Señor también por este gran Regalo que nos da con la Belleza de su Naturaleza!! Y una manera de agradecerle que tengo es difrutandola y aprovechandola, ya que ha dedicado tanto tiempo y detalles en prepararnosla! Gracias, Señor!!!

jueves, 5 de enero de 2012

REYES QUE VENIS GUIADOS POR ESTRELLAS

Reyes que venís por ellas,

no busquéis estrellas ya,

porque donde el sol está

no tienen luz las estrellas.

 

Mirando sus luces bellas,

no sigáis la vuestra ya,

porque donde el sol está

no tienen luz las estrellas.

 

Aquí parad, que aquí está

quien luz a los cielos da:

Dios es el puerto más cierto,

si habéis hallado puerto

no busquéis estrellas ya.

 

No busquéis la estrella ahora:

que su luz ha oscurecido

este Sol recién nacido

en esta Virgen Aurora.

Ya no hallaréis luz en ellas,

el Niño os alumbra ya,

porque donde el sol está

no tienen luz las estrellas.

 

Aunque eclipsarse pretende,

no reparéis en su llanto,

porque nunca llueve tanto

como cuando el sol se enciende.

 

Aquellas lágrimas bellas

la estrella oscurecen ya,

porque donde el sol está

no tienen luz las estrellas.

 

Amén.

(de la Liturgia de las Horas)

SAN FRANCISCO Y EL LOBO DE GUBBIO

Cómo San Francisco amansó, por virtud divina,
un lobo ferocísimo

(Florecillas de San Francisco, Capítulo XXI)

En el tiempo en que San Francisco moraba en la ciudad de Gubbio, apareció en la comarca un grandísimo lobo, terrible y feroz, que no sólo devoraba los animales, sino también a los hombres; hasta el punto de que tenía aterrorizados a todos los habitantes, porque muchas veces se acercaba a la ciudad. Todos iban armados cuando salían de la ciudad, como si fueran a la guerra; y aun así, quien topaba con él estando solo no podía defenderse. Era tal el terror, que nadie se aventuraba a salir de la ciudad.

San Francisco, movido a compasión de la gente del pueblo, quiso salir a enfrentarse con el lobo, desatendiendo los consejos de los habitantes, que querían a todo trance disuadirle. Y, haciendo la señal de la cruz, salió fuera del pueblo con sus compañeros, puesta en Dios toda su confianza. Como los compañeros vacilaran en seguir adelante, San Francisco se encaminó resueltamente hacia el lugar donde estaba el lobo. Cuando he aquí que, a la vista de muchos de los habitantes, que habían seguido en gran número para ver este milagro, el lobo avanzó al encuentro de San Francisco con la boca abierta; acercándose a él, San Francisco le hizo la señal de la cruz, lo llamó a sí y le dijo:

-- ¡Ven aquí, hermano lobo! Yo te mando, de parte de Cristo, que no hagas daño ni a mí ni a nadie.

¡Cosa admirable! Apenas trazó la cruz San Francisco, el terrible lobo cerró la boca, dejó de correr y, obedeciendo la orden, se acercó mansamente, como un cordero, y se echó a los pies de San Francisco. Entonces, San Francisco le habló en estos términos:

-- Hermano lobo, tú estás haciendo daño en esta comarca, has causado grandísimos males, maltratando y matando las criaturas de Dios sin su permiso; y no te has contentado con matar y devorar las bestias, sino que has tenido el atrevimiento de dar muerte y causar daño a los hombres, hechos a imagen de Dios. Por todo ello has merecido la horca como ladrón y homicida malvado. Toda la gente grita y murmura contra ti y toda la ciudad es enemiga tuya. Pero yo quiero, hermano lobo, hacer las paces entre tu y ellos, de manera que tú no les ofendas en adelante, y ellos te perdonen toda ofensa pasada, y dejen de perseguirte hombres y perros.

Ante estas palabras, el lobo, con el movimiento del cuerpo, de la cola y de las orejas y bajando la cabeza, manifestaba aceptar y querer cumplir lo que decía San Francisco. Díjole entonces San Francisco:

-- Hermano lobo, puesto que estás de acuerdo en sellar y mantener esta paz, yo te prometo hacer que la gente de la ciudad te proporcione continuamente lo que necesitas mientras vivas, de modo que no pases ya hambre; porque sé muy bien que por hambre has hecho el mal que has hecho. Pero, una vez que yo te haya conseguido este favor, quiero, hermano lobo, que tú me prometas que no harás daño ya a ningún hombre del mundo y a ningún animal. ¿Me lo prometes?

El lobo, inclinando la cabeza, dio a entender claramente que lo prometía. San Francisco le dijo:

-- Hermano lobo, quiero que me des fe de esta promesa, para que yo pueda fiarme de ti plenamente.

Tendióle San Francisco la mano para recibir la fe, y el lobo levantó la pata delantera y la puso mansamente sobre la mano de San Francisco, dándole la señal de fe que le pedía. Luego le dijo San Francisco:

-- Hermano lobo, te mando, en nombre de Jesucristo, que vengas ahora conmigo sin temor alguno; vamos a concluir esta paz en el nombre de Dios.

El lobo, obediente, marchó con él como manso cordero, en medio del asombro de los habitantes. Corrió rápidamente la noticia por toda la ciudad; y todos, grandes y pequeños, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, fueron acudiendo a la plaza para ver el lobo con San Francisco. Cuando todo el pueblo se hubo reunido, San Francisco se levantó y les predicó, diciéndoles, entre otras cosas, cómo Dios permite tales calamidades por causa de los pecados; y que es mucho más de temer el fuego del infierno, que ha de durar eternamente para los condenados, que no la ferocidad de un lobo, que sólo puede matar el cuerpo; y si la boca de un pequeño animal infunde tanto miedo y terror a tanta gente, cuánto más de temer no será la boca del infierno. «Volveos, pues, a Dios, carísimos, y haced penitencia de vuestros pecados, y Dios os librará del lobo al presente y del fuego infernal en el futuro.»

Terminado el sermón, dijo San Francisco:

-- Escuchad, hermanos míos: el hermano lobo, que está aquí ante vosotros, me ha prometido y dado su fe de hacer paces con vosotros y de no dañaros en adelante en cosa alguna si vosotros os comprometéis a darle cada día lo que necesita. Yo salgo fiador por él de que cumplirá fielmente por su parte el acuerdo de paz.

Entonces, todo el pueblo, a una voz, prometió alimentarlo continuamente. Y San Francisco dijo al lobo delante de todos:

-- Y tú, hermano lobo, ¿me prometes cumplir para con ellos el acuerdo de paz, es decir, que no harás daño ni a los hombres, ni a los animales, ni a criatura alguna?

El lobo se arrodilló y bajó la cabeza, manifestando con gestos mansos del cuerpo, de la cola y de las orejas, en la forma que podía, su voluntad de cumplir todas las condiciones del acuerdo. Añadió San Francisco:

-- Hermano lobo, quiero que así como me has dado fe de esta promesa fuera de las puertas de la ciudad, vuelvas ahora a darme fe delante de todo el pueblo de que yo no quedaré engañado en la palabra que he dado en nombre tuyo.

Entonces, el lobo, alzando la pata derecha, la puso en la mano de San Francisco. Este acto y los otros que se han referido produjeron tanta admiración y alegría en todo el pueblo, así por a devoción del Santo como por la novedad del milagro y por la paz con el lobo, que todos comenzaron a clamar al cielo, alabando y bendiciendo a Dios por haberles enviado a San Francisco, el cual, por sus méritos, los había librado de la boca de la bestia feroz.

El lobo siguió viviendo dos años en Gubbio; entraba mansamente en las casas de puerta en puerta, sin causar mal a nadie y sin recibirlo de ninguno. La gente lo alimentaba cortésmente, y, aunque iba así por la ciudad y por las casas, nunca le ladraban los perros. Por fin, al cabo de dos años, el hermano lobo murió de viejo; los habitantes lo sintieron mucho, ya que, al verlo andar tan manso por la ciudad, les traía a la memoria la virtud y la santidad de San Francisco.

En alabanza de Cristo. Amén.