viernes, 2 de marzo de 2012

REFLEXIÓN: ¿Cuánto quieres crecer en el Espíritu?

amanecer


¿Cuánto quieres crecer en el Espíritu?
crecer 2
¿Cuánto quieres crecer ?

¿Hay algo suprimiendo tu crecimiento de fe? ¿O el uso de los regalos de Dios? ¿O tu amor incondicional por los demás?
El Sermón del Monte (Mateo 5, 6, y 7) es una enseñanza de cómo alcanzar todo nuestro potencial. Al principio del programa, que es nuestra lectura del Evangelio de hoy, Jesús da un ejemplo de cómo convertir una interpretación literal de la ley a una fe que está completamente viva.
El mensaje es este: Un cristiano completamente vivo toma el enfoque más duro pero más cariñoso. Las personas mediocres toman la ruta perezosa y cómoda y no logran nada de valor duradero.
Jesús demuestra este punto hablando del pecado del enojo. El describe el efecto cada vez más destructivo que tiene en el alma de la persona enojada. Al principio, la ira en el corazón tiene como resultado "el juicio," representado por el tribunal local judío donde el más fácil de los castigos era impuesto.
Después, Jesús nombra una de las maneras iniciales en que la ira mata: Decir "reo" a alguien es llamarlo un estúpido o imbécil. Destruye su amor propio. Los menosprecia. El abusador - sí, los insultos son abusos - ahora debe encarar un juicio ante el Sanedrín, el cuerpo judicial más alto. Like us on Facebook
Por consiguiente, Jesús advierte que llamar a alguien un tonto es todavía peor. Ya no un "imbécil," la persona bajo el ataque no "tiene valor" (el significado directo de la palabra griega). Los oyentes entendieron que esta palabra estaba llena de desprecio. Odiar a alguien tanto como para no ver valor alguno en ellos (por ejemplo, ver los embarazos no deseados como cargas de las cuales hay que deshacerse en lugar de verlos como humanos preciosos) es condenarse a gehenna. Gehenna fue un nombre dado a un valle cercano donde seguidores de un culto pagano mataban a niños con fuego. Los judíos utilizaron el nombre para ilustrar el concepto del castigo por el fuego; hoy nosotros le llamamos "infierno".
El resto de este pasaje de la escritura es el remedio de Dios para la ira. En esencia, Jesús dice: Ve y has lo que sea necesario para reconciliarte con el que te ha hecho enojarte. Esto, nos indica él, es aún más importante que adorar a Dios. ¿Cuán genuino puede nuestro culto ser si la ira ha reemplazado el amor en nuestros corazones, ya que Dios es amor? Follow us on Twitter
Todos tenemos a personas en nuestras vidas cuya conducta nos causa enojo. La ira justa incluye el perdón; la ira pecadora quiere la venganza. ¿Si caminas por el pasillo en la Misa para recibir la Comunión mientras nos negamos a amar a alguien, cómo podemos amar al Cristo que está en la Eucaristía, quién se ha unido a la comunidad (eso es lo que significa la "comunión") incluyendo a esa persona con quien estás enojado? ¿Cómo podemos recibir el amor mientras nuestros corazones están cerrados al amor? Like us on Facebook
Ignorar la necesidad de sanar de nuestra ira es suprimir al Espíritu Santo dentro de nosotros. Crecemos en el Espíritu cuando aceptamos el difícil desafío de humillarnos para que podamos dar amor a los que no lo merecen. Follow us on Twitter
Reflexión de Las Buenas Nuevas
Viernes de la Primera Semana de Cuaresma
2 de marzo, 2012
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org , registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2012 por Terry A. Modica

No hay comentarios:

Publicar un comentario