Todas las enseñanzas de Jesús pueden ser resumidas en la lectura del Evangelio de hoy:
"Ama a Dios con todo el corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, y
con toda tu fuerza, y ama a tu vecino como a ti mismo".
Cuándo
amamos a Dios completamente, no podemos más que amar a todos los demás -
aún a los "vecinos" que hacen nuestra vida difícil.
Piensa
en la persona a quien amas más. ¿Es a la que con gusto sirves más que a
nadie? ¿Disfrutas haciendo buenas obras para ellos más que para alguien
más? Esto es un reflejo de tu amor a Dios.
Ahora
piensa en la persona a quien menos amas. ¿Es alguien a quien te niegas a
servir por cómo te ha lastimado a ti? Esto también es un reflejo de tu
amor - o falta de el - por Dios.
Jesús
nunca dijo que nos debe gustar hacer el bien a nuestros enemigos. Oye, a
él no le gusto ser azotado, maltratado, ridiculizado y crucificado,
pero eso no lo detuvo de ofrecerse a sí mismo como sacrificio por ti y
por mí y por las personas que no nos caen bien. Ya que él hizo eso por nosotros, nosotros por lo menos podemos hacer pequeños actos de bondad que no son divertidos hacer.
El
amor significa escoger hacer el bien nos guste o no nos guste. Amar con
todo el corazón, alma, mente y fuerza significa escoger no permitir que
nada nos prevenga de hacer el bien, no importa como realmente nos
sintamos acerca de ello.
El
amor no es siempre un sentimiento agradable. Pero el amor es siempre
una elección que nos trae en unidad con El Que Es el Amor.
Como
es señalado en la primera lectura de hoy, nosotros pecamos cuando
tropezamos en nuestro trato a los demás. Después, cuando le pedimos a
Dios que perdone nuestra iniquidad, florecemos espiritualmente como
lirios hermosos y damos fruta buena.
Sin embargo, no somos capaces de amar a los demás más que a nosotros mismos. Jesús dijo, "Ama a tu prójimo como a ti mismo". Amándonos
a nosotros mismos y haciendo el bien a nosotros mismos (para conseguir
que nuestras necesidades sean cumplidas) nos da la confianza y libertad
que necesitamos para hacer el bien a los demás, especialmente cuándo la
vida es difícil.
La
baja auto-estima no es el plan de Dios para ti. Permítele sanar tú
corazón herido. Permítele corregir los mensajes malos que te han
humillado. Permítele señalar tu bondad y talentos. Pasa un tiempo
observándote por medio de los ojos de Dios. Pon atención a cuánto él te
aprecia. Él puede ver tu bondad aun cuando tú no puedes.
¡Dios te ama con todo su corazón, toda su alma, con toda su mente, y con toda su fuerza!
Reflexión de Las Buenas Nuevas
Viernes de la Tercera Semana de Cuaresma
16 de marzo, 2012
Esta
reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es
utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el
Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org
, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para
obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a
Derechos de autor
© 2012 por Terry A. Modica
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