La lectura del Evangelio de hoy es la llave para comprender la misericordia de Dios. Si hacemos lo que Jesús nos dice aquí, entonces comprenderemos verdaderamente que Dios nos ama, sin importar que de vez en cuando nos comportamos como sus enemigos en vez de sus amigos.
Él dice: "Ama a TUS enemigos". ¿Quién es tu enemigo? Un enemigo es cualquiera persona cuya voluntad, deseos, o agenda del día discrepa con la nuestra.
Es fácil amar a los que no están en conflicto con nosotros, pero cuando tenemos que lidiar con alguien desagradable, la autenticidad de nuestro amor es probada: Estamos verdaderamente preocupados por ellos - o solamente por nosotros mismos.
Entre más costoso sea el conflicto, más difícil es amar a nuestros adversarios. PERO el amor es una elección más que un sentimiento. Elegimos amar, no porque nuestros enemigos merecen nuestro amor, sino porque Jesús los ama tanto que murió por ellos. Si
nosotros no respondemos a nuestros enemigos con amor (la compasión y el
perdón), elegimos alejarnos de Jesús, porque Dios es amor.
Amar incondicionalmente significa "ser perfecto, como tu Padre celestial es perfecto". La perfección en la Biblia no significa no cometer pecados, ni cometer errores. La perfección espiritual significa amar incondicionalmente, bajo todas las condiciones.
"Bajo
todas las condiciones" no significa soportal lo malo. Las fronteras
sanas son también parte del amor incondicional. Las personas que cruzan
la línea pecando en contra de nosotros necesitan tener consecuencias que
les darán una oportunidad de aprender y crecer. Ellos quizás no piensen
que les estamos dando amor, pero nosotros sabemos nuestros motivos,
nosotros sabemos cuánto los amamos, y Dios por supuesto lo sabe.
No todo el mundo nos tiene que caer bien, pero para unirnos a Jesús nosotros si tenemos que amar a todos. Nosotros no debemos unirnos a abusadores quedándonos con ellos, ni debemos ignorar una situación que necesita ser corregida, pero si somos llamados a hacer el bien a todos, así como nuestro Padre da la lluvia al justo y al injusto.
Si
nosotros confiamos en Dios para que haga que algo bueno salga de lo
malo que sucede cuando lidiamos con nuestros enemigos, entonces estamos
viviendo en su amor. Si hacemos el bien en vez de vengarnos, entonces estamos viviendo en el amor. Si tratamos con los demás de la manera que Jesús nos dio el ejemplo, entonces estamos unidos a su amor.
Nuestros enemigos nos ayudan a descubrir los límites de nuestro amor.
Al reaccionar en contra de sus pecados en maneras negativas, nosotros
aprendemos de nuestra propia necesidad de buscar el perdón. Nos damos cuenta de que tenemos que depender del Espíritu Santo para el amor sobrenatural, y así, somos perfeccionados. ¡Gloria a Dios por nuestros enemigos!
Reflexión de Las Buena Nuevas
Martes de la Décima Primera Semana del Tiempo Ordinario
19 de junio, 2012
Esta
reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es
utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el
Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org
, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para
obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2012 por Terry A. Modica
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