Un
marinero caminaba en
una isla desierta. En la inmensidad
de la belleza del mar Caribe encontró una lámpara y se imaginó que si la
frotaba surgiría
un genio y cuál fue su sorpresa que
como en las antiguas leyendas, efectivamente, después de una gran
humareda surgió el genio,
pero en este caso era una bellísima
doncella. Intimidado por la seductora mujer, no podía responder a la
pregunta “¿qué
deseo quieres que te cumpla?”, ante
tan hermosa figura. Después de largos minutos de balbuceos, se atrevió a
solicitar
“¿Cómo lograr tener una mujer tan
maravillosa como tú?, dame la capacidad de conquistarte”.
La
hermosa genio suspiró y con una
voz melodiosa le confió: El secreto
en la vida para conquistar lo que deseas y alcanzar lo que anhelas está
dentro de ti y
consiste simplemente en que elimines
para siempre tres palabras. El marinero concentró toda su atención para
no perder ni
uno solo de sus consejos. “La
primera de ellas es intentar; la gente, más que decidir, plantea deseos y
es un requisito
indispensable saber comprometerse
con lo que quieres lograr, hemos confundido las intenciones con las
decisiones y no hay
decisión si no hay acción, ponte a
trabajar de inmediato en tus propósitos y haz a un lado las intenciones.
«La
segunda palabra es el debería,
que nace más de un sentimiento de
culpa ¡debería ser mejor trabajador, mejor esposo, amigo o hijo! pero en
realidad, los cambios
personales deben surgir no de la
obligación, sino de la responsabilidad que significa devolver; también
es gratitud y reciprocidad.
Por
último, la tercera que debes eliminar
para siempre es imposible que
solamente los mediocres utilizan como escudo a su tibieza y les
justifica su pasividad, además
de tranquilizar sus conciencias.
Solamente los tibios y estúpidos se esconden bajo la frase «hay que ser
realista, eso es
imposible» si esto fuera cierto el
progreso de la humanidad se hubiera detenido para siempre.
El marinero, sorprendido, reclamó:
-¿Y esto es todo para lograr un ser como tú?
-Tú me pediste un deseo y yo te lo
he concedido.
El marinero reclamó: -¡No he logrado
lo que pedí!
Finalmente,
la genio agregó: El poder
está dentro de ti. Cuando te atrevas
a comprometerte, a ser responsable y a lograr lo imposible yo regresaré
y siempre permaneceré
a tu lado; todos los sueños se
convierten en realidad cuando tenemos la determinación de luchar por
ellos. Así, la genio finalmente
desapareció y la lámpara se
convirtió simplemente en arena. El marinero, al principio sorprendido y
desilusionado, emprendió
nuevamente su camino y conforme
reflexionaba esbozó una tímida sonrisa que fue tomándose en una profunda
alegría y gritando
retó al mar: “ya sé cómo lograr lo
que deseo; de hoy en adelante eliminaré para siempre tres inútiles
palabras: intentar,
debería e imposible, y será mi vida
un compromiso con acciones y con una fe inquebrantable llena de
optimismo que no cesará
hasta que logre convertir mis sueños
en realidades”.
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