lunes, 2 de enero de 2012

LA COLMENA...me gusta esta reflexion y la copio para vosotros

XVII REFLEXIÓN. 1 DE ENERO DE 2012.
LA COLMENA.
Todos sabemos lo que es una colmena. Y lo que en ella sucede y quienes la forman y habitan. Lo que no nos paramos a detectar, es la especial simbiosis que se produce día a día, y minuto tras minuto para lograr en equipo la trabajosa miel, el premio del trabajo de toda una comunidad de abejas.
Nuestras dos parroquias, la Iglesia,la familia, la comunidad educativa o deportiva, es como  una gran colmena. En ella hay muchas y buenas colmenas. Pero también hay muchos zánganos/as,  que se apropian del trabajo de las abejas buenas y trabajadoras de verdad. Estos zánganos/as en la parroquia son los que quieren el reconocimiento, el agradecimiento, el aplauso, por ser sencillamente ellos/as por la misma cara, sin dar un palo al agua. Son los clásicos parásitos que abundan en cualquier ámbito humano. Y molestan por no ser capaces de querer colaborar, echar una mano, critican todo lo que ellos no hace, piensan o dicen. Porque todo si lo hacen, piensan o dicen ellos es perfecto.  Esta gente no mira el bien común en la comunidad parroquial. Si su provecho personal. La Iglesia, la parroquia, las familias, los colectivos sociales, debe tener muy presente que con gente así no se avanza. Y hay que educarlas, aconsejarlas,  si se dejan, y si no dejarlas porque a veces, nadie escarmienta en cabeza ajena.
Profundizando más en el tema que nos ocupa en este primer día de la mañana podemos obeservar que la colmena es la vivienda de una colonia de abejas y, por extensión, la colonia que vive en ella. Las colonias de abejas pueden llegar a contener hasta 80.000 individuos, y están constituidas por tres castas: las obreras ,los zánganos y la abeja reina. Las abejas que se ven comúnmente son las obreras, que también constituyen la parte más numerosa de la colonia. El grupo de colmenas dispuesto en el terreno por un apicultor se denomina apiario.
Las abejas forman sus colonias de modo muy diferente a como hacen otros insectos sociales, como los abejorros o las hormigas. Para constituir un nuevo grupo, la abeja reina de más edad abandona la colmena, llevándose consigo un gran número de obreras y dejando a la reina más joven a cargo de lo que queda de la colonia original. Este proceso se denomina naturalmente enjambrazón y al grupo de abejas con su nueva reina se lo llama enjambre. No hay que confundir un enjambre con la colmena que se encuentra en el interior de cualquier recipiente.
En la Iglesia, existe tambiñén una amplia colmena, que se llama parroquia y a la que se pertenece por estar bautizados y por vivir en el terreno donde está situada esa parroquia. En nuestro caso, sería Ntra. Sra. de Guadalupe, en el barrio Toscal-Longuera. Y San Antonio de Padua, en el barrio del mismo.
Y todos pertenecemos a un gran pueblo, donde unos tienen unos carismas y otros, unos ministerios que son complementarios y no rivales. Y que la integración de cada uno de ellos dinamiza la vida de ese pueblo, de esa colmena ,en todo momento.  Aunque hay muchos cristianos que aún en el siglo XXI, no son capaces de descubrir esta idea y de llevarla a la práctica, El Papa, los obispos, los sacerdotes, diáconos religiosos y seglares, tenemos que trabajar juntos para producir la miel, que endulce este mundo, nuestro mundo. Estos barrios, nuestros barrios.  Esta parroquia, nuestras parroquias de Guadalupe y San Antonio, que pertenecen a otro conjunto de colmenas, que se llama Arciprestazgo de La Orotava, en la Diócesis de Tenerife, donde el apicultor es nuestro Obispo y todos nosotros, abejas trabajadoras, aunque, como en todos los paquetes, aparezcan algunos zánganos.
 La miel posee unas características especiales que la hacen agradable y prontamente deseable por el ser humano. Su secreto está en el empleo que le damos: en la gastronomía, como valor terapéutico sobretodo en tos y resfriados.  Por sus propiedades cicatrizantes, energéticas. Todas estas realidades, son fruto del trabajo de las moradoras de estas colmenas. Así nosotros debemos imitar su ejemplo de fieles trabajadores en todo momento en nuestro crecimiento personal y en el crecimiento familiar, social, comunitario, en definitiva.
La miel que damos a veces no alimenta. No cicatriza. No da energías. Pidámosle a María Santísima de la miel, que nos ayude a estar cerca de su Hijo, en este comienzo del año 2012, y nos alimente permanentemente de El: su palabra, su Eucaristía, su perdón, la formación, el trabajo interparroquial y parroquial.
¡Madre de la Miel, ruega por nosotros!.

copiado del blog de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe

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